La puntilla llegó cuando el huésped de la Casa Blanca dijo que no tenía por qué respetar los acuerdos internacionales pactados por las anteriores administraciones.

Abierta hoy, con extensión al martes, la cuarta ronda de negociaciones en Washington, han regresado las presiones al mercado cambiario ante lo que se considera el escenario definitivo para ubicar rumbo. Avance o truene, pues.

En las tres rondas anteriores Estados Unidos ha lanzado uno y otro petardos sin aterrizar propuestas concretas que obliguen al sí o no. El último de ellos plantea alcanzar la ruta que le planteó por vía de un ventajoso trueque al azúcar nacional, ahora con productos agropecuarios como leche, pollo y carne de cerdo.

La intención sería limitar el acceso a su frontera sin la correspondiente reciprocidad. Dicho con todas las letras, de aquí para allá poquito; de allá para acá todo.

Ahora que si se desea rebasar las cuotas, hay que cubrir un arancel o impuesto de importación de 18%.

Como usted sabe, el Departamento de Comercio del país de allende el Bravo condicionó las compras de azúcar mexicana a lo que sería básicamente la materia prima, lo que permite que las empresas de ese país la refinen, la etiqueten y le pongan precio.

Lo dramático del asunto es que el gobierno, léase la Secretaría de Economía, acalló las protestas de los industriales del ramo vía la liberación total del precio del dulce en el mercado interno, en cuyo escenario éste se ha encarecido más de 50%.

El otro polo de presión lo constituye la exigencia de incrementar el contenido regional de los vehículos automotores que se exportan a Estados Unidos y Canadá, en un escenario en que México le vende anualmente al país de las barras y las estrellas dos millones de unidades.

Sin señalar el monto de incremento de contenido regional, actualmente de 62.5%, Estados Unidos pretende que el 50% sea de su país, lo que sacaría a China de la escena en materia de autopartes.

La exportación estelar de México.

La ruta alcanzaría a dos ramas más, electrónicos y bebidas, con énfasis en cerveza.

Ahora que hasta hoy se han soslayado temas torales como la supresión del capítulo XIX del acuerdo previo relativo a la solución de controversias, además de derechos de propiedad industrial, en un marco en que se busca alargar la vida de las patentes medicinales, además de inversión extranjera, en cuyo caso se reclamaría apertura total frente a las limitaciones que fija la ley.

Otro punto lanzado al viento por el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilber Ross, apunta a una suerte de borrón y cuenta nueva cada lustro, al plantear la terminación automática del TLCAN en ese periodo.

Por lo pronto, en previsión de que el escenario obligue a México a levantarse de la mesa, la Secretaría de Economía está negociando mayor apertura por parte de países sudamericanos sin Tratado de Libre Comercio al calce, especialmente Uruguay, Brasil y Argentina.

Con Chile se intenta profundizar el acuerdo mercantil vigente.

La paradoja del caso es que Estados Unidos centra toda su presión en una balanza comercial deficitaria para su causa desde hace 22 años, al margen de que muchos insumos que dejamos de comprar al país del norte los adquirimos de empresas de ese país que se instalaron en Asia, con énfasis en China. Algunas salieron de Estados Unidos y otras de México, al no empatar sus expectativas con la realidad.

Cuarta ronda, la cuerda está más floja que en la primera.

Balance general.

Sistematizada la base de la discusión a través de bloques, es decir propuestas de recortes a partidas y rumbo de las reasignaciones, ayer se abrió finalmente la discusión sobre el proyecto presupuestal planteado por el Congreso para este año.

El común denominador de la oposición habla de reducir el gasto corriente vía la supresión temporal de nuevas contrataciones de personal; la racionalización del gasto de operación, y la supresión de bonos de actuación de los altos funcionarios.

Adicionalmente se bajarán las partidas a los tres poderes, incluida la Presidencia de la República, en paralelo a organismos con etiqueta de autónomos como el Instituto Nacional Electoral.

En el caso del presupuesto de inversión la posibilidad apunta a detener obras en vía de ejecución para canalizar recursos a nuevas prioridades, señalando, por ejemplo, la construcción del nuevo aeropuerto.

En el jaloneo se plantea el tradicional incremento en el precio promedio del petróleo previsto por la Secretaría de Hacienda, además de la paridad peso-dólar.

En algunos casos se plantea una moratoria en el pago del servicio de la deuda, cuyo monto se calcula en 452 mil millones de pesos, lo que resultaría contraproducente, dado que se castigaría al país con intereses mayores hacia el futuro, además de ponerle bola negra.

Odebrecht poquito.

A ritmo de cuentagotas, la Secretaría de la Función Pública sigue abriendo expedientes sobre el penoso caso Odebrecht… empezando por los pecados veniales. Así, se colocan las horcas caudinas sobre funcionarios de Pemex por irregularidades por un monto de 2.5 millones de pesos en la ejecución de un contrato para la refinería Miguel Hidalgo.

En total, la dependencia encabezada por Arely Gómez ha ubicado ocho casos de presunta corrupción, aunque los dardos estén aún muy lejos del verdadero blanco.

Leña al fuego.

La apertura de un expediente con fines de expulsión contra el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Sinaloa, Guillermo Romero, por parte de la Concanaco, llegó justo cuando su compañero en la disidencia, Juan Carlos Pérez Góngora, se desistía de la denuncia que motivó un amparo indirecto que impedía la celebración de una asamblea ordinaria en la que se elegiría indirectamente un nuevo presidente y se renovaría la mitad del Consejo Directivo. Aceptada la solicitud por el juez de la causa, se abriría la posibilidad de registro de planillas.

Como usted sabe, el exdirectivo de la cúpula mercantil presentó el recurso al no registrarse su candidatura para suceder a Enrique Solana Sentíes. De ahí derivó una suspensión definitiva para detener el proceso electoral. Pérez Góngora apuntala su posibilidad en un proyecto denominado Nueva Visión, vía el cual se plantea una sacudida total en materia de democratización e interlocución con el gobierno. El periodo de Solana terminaba en marzo.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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