La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardiaca mas frecuente y una verdadera epidemia del siglo XXI. Se caracteriza por que tanto su incidencia como su prevalencia en la población general aumentan con la edad. Esta asociada significativamente con mayor morbimortalidad, con una reducción en la calidad de vida, con un incremento a largo plazo en la incidencia de embolia cerebral, insuficiencia cardiaca y mortalidad general.
De las arritmias auriculares sostenidas, la FA es la principal causa de consulta en los servicios de urgencias y da cuenta de hasta 30% de los egresos hospitalarios por trastornos del ritmo cardiaco. En México, de acuerdo con el Registro Mexicano de Fibrilación Auricular (ReMeFA) se estima que existe aproximadamente un millón y medio de personas con FA, este registro permitió observar que, en la práctica diaria, los pacientes persisten sintomáticos. Por lo general, la FA se asocia a múltiples factores de riesgo y comorbilidades, considerando una tasa alta de eventos cardiovasculares que requieren hospitalización o alguna intervención: también se observa una desviación significativa tanto en el control del ritmo como en la prevención de la tromboembolia cerebral.
Clínicamente la FA se manifiesta por sensación de palpitaciones rápidas e irregulares, que pueden condicionar dolor de pecho, sensación de falta de aire, desvanecimiento y mareo, en un 25% de los pacientes se presenta como una embolia cerebral, con dificultad para hablar y debilidad o parálisis en el hemicuerpo. Aunque en algunos casos pueden ser asintomáticos, es habitual la presencia de estos síntomas en mayor o menor gravedad. En la exploración física la irregularidad del pulso es lo mas característico y el diagnostico de certeza se realiza con la toma de un electrocardiograma.
Actualmente, el tratamiento de primera elección para la mayoría de los pacientes con FA sintomáticos son los fármacos antiarrítmicos, sin embargo la posibilidad de curar esta arritmia sólo ha sido posible con el advenimiento de la ablación con catéter, que consiste en la eliminación de un foco arritmogénico o bien de una zona crítica de un circuito esencial. En el caso particular de la FA, Michael Haissaguerre propuso, en 1999, el aislamiento eléctrico de las venas pulmonares, intervención que se convirtió en la piedra angular de las operaciones de la ablación de la FA, mediante estudio electrofisiológico. En el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” hemos cumplido 25 años de realizar ablación con catéter en múltiples arritmias cardiacas con mas de 11 mil casos. EI éxito aproximado del procedimiento en arritmias en general es superior a 90% con una tasa de complicaciones menor a 2%. A diferencia de la mayoría de las arritmias, la ablación de la FA es más difícil y requiere una mayor preparación por parte del electrofisiólogo intervencionista y con una alta tecnología que día a día aporta materiales para simplificar las intervenciones, mejora los resultados y brinda una mayor seguridad a los pacientes.
Cardiólogo.
Instituto Nacional de Cardiologia “Ignacio Chavez”