Hace tiempo, conversando con un cliente que importa de China insumos esenciales para su producción, le pregunté si había realizado alguna operación en Renminbi, también conocido como yuan, la moneda local. Me miró sorprendido y me contestó que no. Tiempo después comenzó a hacerlo y ello le generó un descuento que al principio parecía impensable… y que ahora desea mantener en operaciones subsecuentes.

En México existen 13 mil 900 empresas medianas, identificadas como aquellas que emplean entre 200 y 2 mil personas. Es un segmento empresarial del que poco se habla, si se compara con las micro y pequeñas empresas, pero que tiene un peso fundamental en la economía mexicana: se estima que emplea a 6.7 millones de personas y tiene un impacto en el PIB del 25%.

Este segmento de empresas, que se ubica justo en medio de las start ups y los grandes corporativos, se enfoca en México principalmente a la manufactura, y adquiere del exterior un 31% de su cadena de suministro. Obtienen también de las exportaciones el 22% de sus ventas, una proporción superior a la que registran otras empresas del mismo segmento en otros países, de acuerdo con un estudio global realizado por Oxford Economics.

Sin embargo, muchas de estas empresas aún no han explorado las posibilidades que les generan sus economías de escala y su competitividad a la hora de realizar comercio exterior. El poder liquidar operaciones en la moneda local de donde compran productos puede generarles una ventaja competitiva que hoy no tienen. Cada empresa tiene necesidades distintas, y las cartas de crédito, pagos o financiamientos en monedas distintas al peso pueden ser un apoyo al momento de liquidar una compra.

En la actualidad, para ser competitiva, una empresa debe echar mano de todas las herramientas a su alcance. Las medianas se han especializado en industrias en específico y han sido muy hábiles a lo largo de su historia para enfrentar, a través de innovación, mejoras en procesos y nuevos productos a las compañías grandes, locales e internacionales.

De acuerdo con el estudio de Oxford Economics las empresas medianas tienen una muy buena relación con el cliente y pueden ser más ágiles que las grandes en la toma de decisiones. Tienen, además, un potencial importante para crecer mediante el comercio exterior, porque ya han enfrentado con éxito la apertura del mercado.

Pero sobre todo, estas empresas medianas se adaptan muy bien a los cambios que se presentan en el mercado, más allá de la volatilidad o incertidumbre que se presente. Pueden repensar sus estrategias y adaptarse a las nuevas reglas del juego, sea a través de la apertura de nuevos mercados para diversificarse, o a través de la ampliación de sus negocios existentes.

Cuando una empresa mediana, que en su mayoría puede ser privadas o familiar, se vuelve internacional, sus requerimientos financieros se vuelven más sofisticados, ya sea porque recibe ingresos en dólares o en otras monedas o porque desea invertir fuera del país. Si bien ello puede ser más complejo, representa también una oportunidad para explorar formas de obtener más valor agregado.

Director general adjunto de banca de empresas HSBC México y LAM

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