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La Comisión Europea va a intentar cerrar esta semana un acuerdo político sobre la modernización del capítulo comercial del Acuerdo Global para enviar un mensaje al mundo de que en las relaciones con México apuesta por construir puentes y no muros.

Aunque reconoció que no va a ser fácil, la séptima ronda inició con diferencias sobre “un gran número de temas”, cuya solución requerirá más que la habilidad de los equipos técnicos de ambas partes.

Así lo aseguró Matthias Jorgensen, jefe de la Unidad para América Latina de la dirección general de Comercio de la Comisión Europea, durante un encuentro celebrado ayer con miembros de la sociedad civil para informar sobre el estado de las negociaciones comerciales.

“El secretario [Idelfonso Guajardo] viene con la intención de cerrar un acuerdo. Todo dependerá si logramos resultados en un gran número de áreas pendientes”, declaró el funcionario.

Jorgensen aseguró que el Ejecutivo comunitario tiene voluntad de alcanzar un acuerdo político, porque “será en beneficio de los intereses económicos y sociales de la Unión Europea” contar con un pacto que amplifique las oportunidades que ya se tienen con México.

“También porque consideramos que es buen momento para enviar una señal al mundo de que la UE está construyendo puentes y no muros, principalmente con México, un país que enfrenta desafíos particulares tanto al interior como el exterior”.

Para este día está previsto que el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, mantenga encuentros con los comisarios europeos responsables de Inversión y Comercio, Jyrki Katainen y Cecilia Malmström, respectivamente. Mientras que el miércoles será recibido por el comisario de Agricultura, Phil Hogan.

“Todavía no tenemos previsto ningún anuncio estelar. Si no alcanzamos acuerdo, no será el fin del mundo, seguiremos el proceso el próximo año. Aunque sabemos de la importancia política de enviar un mensaje en estos momentos”, dijo a EL UNIVERSAL un alto funcionario de la comisión cercano a la negociación.

En la sesión de preguntas, Jorgensen mencionó algunos dossier que siguen presentando dificultades, como el agropecuario, las reglas de origen y el sector automotriz, este último como consecuencia de la propuesta estadounidense de elevar de 62.5% a 85% el porcentaje de contenido regional en los vehículos que circulan en la zona del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

“México sabe que el nivel de contenido local que propone EU para el TLCAN hará difícil que los mexicanos produzcan vehículos que no sean para el mercado estadounidense. Nuestra propuesta se mantiene en línea a lo obtenido en los acuerdos con Canadá y Japón”, sostuvo.

Los europeos, dijo, están empujando la propuesta de que las disputas inversionistas-Estado se resuelvan a través de “un fuerte tribunal” compuesto por “jueces independientes”.

Jorgensen afirmó que el acuerdo actualizado reflejará un alto nivel de liberalización, al tiempo que contribuirá a crear la estructura para apoyar los compromisos internacionales en materia de medio ambiente, derechos laborales y desarrollo sustentable.

Además, habrá más transparencia en compras de gobierno, así como directrices para combatir la corrupción.

En el rubro de los derechos humanos, dijo que se expandirán “las posibilidades para el diálogo” a través de un acuerdo “flexible y amplio”.

“Mientras no se adopten mecanismos concretos de monitoreo y sanción, la cláusula democrática seguirá incumpliendo sus objetivos”, dijo a este diario Roeline Knottnerus, experta de Transnational Institute.

“Todo sigue siendo muy vago. La modernización del TLCUEM muestra que la única agenda que le interesa a la Comisión Europea es la de ampliar el acceso de sus multinacionales”, declaró por su parte Bert Schouwenburg, de la Unión Sindical de Gran Bretaña (GMB).

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