San José. – Hundidas en la desesperación de las carencias económicas, tres personas de nacionalidad colombiana aceptaron involucrarse como “mulas” de pago en el narcotráfico internacional, pero cayeron detenidas en el principal aeropuerto de Bogotá cuando pretendían transportar más de 30 kilos de cocaína a México por vía aérea, confirmaron este sábado fuentes policiales de Colombia.

En operaciones separadas, los tres casos volvieron a evidenciar que las mafias del contrabando de drogas de México y de Colombia recurren a hombres y mujeres con problemas de dinero, sin empleo y con problemas familiares, para seducirlos y convencerlos de que fácilmente recibirán beneficios financieros y de que, sin dificultad, podrán cruzar los controles aeroportuarios.

Las investigaciones revelaron que los pagos por viaje oscilan entre tres mil y cinco mil dólares, aunque a veces aumenta. Y conlleva el riesgo de ser descubiertos, recibir prolongadas penas de cárcel y enfrentar represalias contra sus familiares si delatan a las redes delincuenciales que los contratan y revelan sus métodos de trabajo.

La Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia evitó dar pormenores del día en que se llevaron a cabo las capturas, que se produjeron en el aeropuerto internacional de El Dorado, Bogotá, la terminal aérea más importante de ese país.

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En la jerga policial, las “momias” son las personas a las que, con cinta especial, se les adhieren los paquetes de cocaína a su abdomen y a otras partes del cuerpo, mientras que los correos—“burros” o “mulas”— llevan la mercancía oculta en equipajes o ingerida en preservativos, con riesgo para su salud por la amenaza de que los condones se rompan.

Reclutadas por organizaciones criminales, “momias”, “mulas” o “burros” movilizan cargamentos ilícitos desde los centros de producción en América del Sur. En Colombia, Bolivia y Perú hay plantaciones de hoja de coca, que es la materia prima de la cocaína, y redes cómplices en Ecuador, hacia los gigantescos mercados de consumo en Estados Unidos.

Registros mundiales confirmaron que Colombia es el principal productor mundial de cocaína.

La Dirección informó que, con las tres detenciones que logró por “los estrictos controles que se ejercen en las terminales aéreas del país”, sigue “cerrándole el paso al tráfico de drogas ilícitas”.

Aparte de los traficantes, que se dirigían a México, la Dirección arrestó a un colombiano que buscó llevar cocaína a España y a un ecuatoriano al que se le interceptó su plan de traficar ese tipo de droga a Holanda y Kenia.

En un reporte que remitió a , la Dirección de Antinarcóticos precisó que, en el transcurso de 2020 en El Dorado, ejecutó 82 capturas, incautó 460 kilos de cocaína, 5 kilos de heroína, 376 kilos de marihuana, 305 metanfetaminas, 7 mil dosis de LSD y 55 mil dosis de éxtasis (droga sintética), entre otros datos.

En un desglose de los hechos, la Dirección detalló que a un colombiano que trató de viajar a la capital mexicana se le confiscaron mil 736 gramos de cocaína.

La droga “estaba oculta en dos maletas de lona que, al ser inspeccionadas, fueron hallados siete paquetes rectangulares con una sustancia pulverulenta color blanco y al ser verificada con la Prueba de Identificación Preliminar (PIPH), arrojó positivo para clorhidrato de cocaína”, añadió.

En el segundo caso, una joven colombiana intentó llevar mil 78 gramos de cocaína a México en su equipaje de mano, pero “luego de una rigurosa inspección” los agentes “lograron hallar en el doble fondo del morral, un paquete rectangular con sustancia pulverulenta que sometida” a la PIPH “determinó clorhidrato de cocaína”, refirió el informe policial.

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La tercera aprehensión se realizó cuando un agente antidroga y un perro adiestrado para detectar alucinógenos revisaron dos equipajes en bodega y en su interior localizaron 26 paquetes rectangulares envueltos en cinta plástica, puntualizó. La PIPH dio positivo para clorhidrato de cocaína “con un peso neto de 28 kilos”, indicó.

Las verificaciones policiales mostraron que las maletas fueron registradas a nombra de una colombiana de 24 años, “que pretendía tomar un vuelo con destino a México”, aseguró la Dirección.

Los tres “fueron judicializados” por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y quedaron a disposición de la Fiscalía General de Colombia.

Un incesante despliegue de narcotraficantes mexicanos en Colombia, Ecuador, Perú y Centroamérica permite dirigir la producción, el transporte, la distribución y la comercialización del estupefaciente, en pequeñas misiones o tareas “hormiga” y en gigantescas operaciones para traficar hasta toneladas de cocaína.

jcgp

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