El martes despertamos con la noticia del desprendimiento del que se ha convertido en el iceberg más grande del que se tenga registro histórico: Larsen C. Un trillón de toneladas de hielo podrían estar a la deriva luego de que finalmente una fractura en el hielo antártico terminara por quebrarse siguiendo un camino que ya han seguido otras grandes masas de hielo antártico a consecuencia del cambio climático.

Los últimos veranos han sido atípicamente calurosos y con ello se ha acelerado el proceso de deshielo antártico al grado de que el suelo del continente de hielo ha comenzado a enverdecer.

Las consecuencias del desprendimiento de Larsen C aún no se han medido suficientemente, sin embargo, puede adelantarse una consecuente elevación del nivel del mar debido a que este tipo de barreras actúan como muro de contención para evitar que capas de hielo y glaciares fluyan directamente hacia el mar, dicho incremento tendrá un impacto directo en las comunidades costeras que ya hoy por hoy viven con los efectos del cambio climático.

En febrero pasado el continente Antártico registró un mínimo de hielo histórico. La grieta de Larsen C se ha venido monitoreando desde hace varios años y desde 2014 se comenzó a notar un aumento mucho más acelerado en su tamaño. Larsen C muy probablemente se fragmentará en pedazos más pequeños que irán a la deriva en el mar.

Cada día ponemos en la atmósfera 110 millones de toneladas de gases y polución originados principalmente por la quema de combustibles fósiles. “Si continuamos haciendo negocios como los hacemos hasta ahora, el Ártico quedará sin hielo totalmente” Nuestro estilo de vida no es sostenible. Nadie puede ganar en esta guerra contra la tierra. Todos seremos perdedores. Los patrones de consumo que tenemos ahora son completamente insostenibles, la Tierra no podrá soportarlos en el futuro.

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