El tiempo apremia. Las amenazas de Trump en campaña, sus bravuconadas, sus burlas y sus humillaciones pudieron parecer insignificantes. A unos días de que tome posesión como Presidente, Donald Trump en su primera conferencia de prensa como Presidente Electo sigue con el mismo discurso ahora fortalecido por la seguridad que le da saberse pronto en el poder de una de las más grandes potencias mundiales.

Para México el mensaje fue claro: México pagará el muro. Y aunque se diga que no, aunque FORMALMENTE nuestro país no pagará por el muro, lo hará, de forma indirecta. Ya lo está haciendo. Las grandes amenazas que ha puesto sobre la mesa el Presidente electo contra empresas con intereses en México han empezado a surtir efecto.

Desde Ford hasta Chrysler, en el sector automotriz seguramente se comienzan a replantear planes y programas de corto, mediano y largo plazo a la vista de las actuales circunstancias. Los empleos serán para los estadounidenses asegura Trump a la clase media que votó por el bajo esa misma promesa.

Para nosotros puede significar el cierre de plantas y la pérdida de empleos. La amenaza de aumentar impuestos para la importación de productos ensamblados o hechos en México parece que podría tener efectos, especialmente con su intención de cancelar el TLCAN y no simplemente renegociarlo como parecía ser la estrategia para la que nuestro gobierno estaba comenzando a prepararse. ¿Qué opina nuestro flamante canciller de estas acciones que son el principal motivo de la devaluación del peso frente al dólar?

Quizá Luis Videgaray prefiera sólo escuchar los “halagos” deja escapar Trump a sus “amigos”: “Mexico has been so nice; the government of Mexico is terrific”. Halagos que no son más que una burla para los ciudadanos que seguimos sin entender como un “inexperto declarado” aceptó tomar las riendas de un cargo crucial en los tiempos que vienen. Habría que recomendarle al Secretario tomar al menos un curso intensivo de diplomacia en calidad de urgente.

Las respuestas de nuestro gobierno duelen por timoratas, porque se dicen casi en un susurro. Porque el discurso de “no pagaremos el muro y ya se lo dijimos” no sirve para nada cuando Trump empieza a demostrar, con hechos, que “nos va a hacer pagar” a fuerza de pérdida de empleos, encarecimiento de la vida, devaluaciones y los demás efectos económicos que pueda lograr con sus políticas ante las empresas en México.

Las respuestas de nuestro gobierno, de Peña y de Videgaray, duelen, pero aún más, indignan, porque han sido pensadas, no en el bienestar de los mexicanos sino en las elecciones del 2018.

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