Hace un par de semanas caí en cuenta de que está por terminar el año y yo no he hecho muchas de las cosas que proyecté hacer. Comencé a estresarme y correr de un lado para el otro intentando recuperar el tiempo perdido.

Así, en una reunión con una amiga (que cabe mencionar, había quedado de ver desde febrero y cancelado o pospuesto por diversas razones) de pronto se me quedó viendo y me dijo: “te veo muy acelerada, estresada… ya deberías venir conmigo a yoga”.

¡Pum! Me quedé helada. Según yo siempre tengo todo bajo control y mis idas al gimnasio 4-5 veces a la semana tienen mi estrés en orden. Pues no, resulta que no y que ya se nota a simple vista.

Le prometí que en 2017 pondré las clases de yoga en mi lista de prioridades, no sólo de intenciones y ¿saben por qué? Porque sí sirve, si importa, si mejora.

Aquí les van algunas razones o beneficios que tiene la práctica habitual de yoga… seguro hay más pero también seguro con más de uno de estos beneficios te podrás identificar.

1. Mejora la condición física y aumenta la energía: un conjunto de posturas acompañadas de respiraciones correctas y profundas ayudan al cuerpo a regular la energía y mejorar su flujo. Hay tipos de yoga de alta exigencia cardiovascular que ponen a prueba la condición física de cualquiera, cuestión de probar hasta encontrar lo que disfrutas y necesitas. También se pueden combinar. No tienen que ser sesiones extenuantes, secuencias de pocos minutos ayudan a reacomodar lo que sucede en nuestro cuerpo y llenarnos de pila. Si además lo acompañas con sesiones de meditación, verás el mundo de otro color. Es más, hasta dormirás mejor.

2. Pérdida de peso: los famosos “saludos al sol” de las clases de yoga no le piden nada a los “burpees” del cross fit. ¡Son súper exigentes! Sesiones bien hechas de yoga pueden ayudarte a mantener tu peso y si las combinas con una dieta correcta, a lo mejor hasta pierdes unos kilitos. De hecho, para quienes han practicado o practican yoga, la relación con su cuerpo mejora tanto que el peso pasa a segundo término.

3. Mejora la postura: la conciencia, el equilibrio, la intención, la comunicación entre las partes del cuerpo hacen de tu práctica el complemento ideal para mejorar la postura o ayudar a sanar lesiones al trabajar con la fuerza, elasticidad y flexibilidad física y mental. La yoga no es ejercicio, es filosofía y actitud ante la vida.

4. Alivia el estrés, calma la mente y la trae al mundo presente: porque te mantiene en el aquí y en el ahora, eso que a tantos nos hace falta. Vivimos pensando o arrepentidos de lo que dejamos de hacer y estresados por lo que aún no hacemos. La práctica diaria te trae de vuelta, aliviando el estrés y mejorando la salud emocional. Te acerca a la felicidad y serenidad necesaria para lidiar con lo importante y aprender a dejar ir, soltar.

5. Mejora la salud y las relaciones: finalmente, así es que va mejorando la salud en general. Con un cuerpo sano y una mente sana las relaciones mejoran. Mejoras hacia ti y hacia los demás. Te enfermas menos de cosas físicas y emocionales, te dan menos gripas y enojos, menos diarreas y tristezas. La yoga pone en balance y acomoda, sólo hay que hacer de la práctica un hábito.

Así que, dicho lo cual, yoga… ¡nos vemos en 2017!

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