Buscando información sobre la miel me encontré con maravillas que les quiero compartir. Seguramente habrá muchos de ustedes que ya sepan todo sobre las abejas, pero yo me impresioné. De hecho, se muy bien que gracias a las abejas un alto porcentaje de las flores son polinizadas y que hay muchos cultivos que si desaparecen las abejas mueren con ellas. Pero como el tema de este blog es nutrición, me iré por ese lado.

Se desde chica que la miel “original” la producen las abejas, así como (por experiencia propia) que si en un descuido te sientas sobre una no dudará en enterrarte su aguijón en una pompa aunque eso la lleve a morir (porque cuando lo dejan enterrado, con él se quedan los intestino). Lo que me acabo de enterar es que gracias algunas técnicas hoy por hoy se puede recolectar polen, propóleo y jalea real y obviamente a partir de ahí se elaboran cientos, si no es que miles, de productos para el cuidado e higiene personal. Además se elaboran “medicamentos” naturales que evidencian todas sus cualidades.

Comencemos por la famosa miel, de la que hay muchos tipos, pero que finalmente es este producto viscoso y dulce que producen a partir del néctar de las flores, secreciones de partes vivas de plantas o excreciones de insectos y que lo transforman y combinan con una enzima que tienen en la saliva llamada invertasa. Después, la almacenan en los panales hasta que madura.

La miel no procesada, es decir, que no se ha calentado, es la que mantiene mejor sus propiedades ya que el calor hace que si bien no cristalice, si que pierda enzimas, antioxidantes y acción antibiótica y antifúngica.

Al parecer la miel puede no subir tanto los niveles de azúcar en sangre como se cree, además de reducir el estrés metabólico y promover un sueño recuperador. Así mismo, ayuda a mejorar el estreñimiento por su alto contenido de fructooligosacáridos y minimiza las alergias al fortalecer la flora bacteriana positiva en el colon y preparando al cuerpo con dosis pequeñas de polen para la época donde hay más.

El polen es este polvo similar a migas de pan que contiene microgametofitos de las plantas. Abundante en enzimas, vitaminas y minerales es un complemento ideal para fortalecer el sistema inmune, sobre todo en épocas de cambio de estación donde las alergias se ponen a la orden del día.

Tiene acción alcalinizante de la sangre y aumenta la hemoglobina, es antimicrobiano y es muy fácil de asimilar por el cuerpo, es decir, lo nutre de inmediato. Se ha recetado en pacientes con cansancio crónico, problemas menstruales, depresión, menopausia, caída de cabello, reumatismo y artritis.

El propóleo o los propóleos son mezclas resinosas que obtienen las abejas de las yemas de los árboles y que usan en la colmena para sellar pequeños huecos. Entre las cualidades que se le adjudican está la anticancerígena. También es antibacteriano, antiviral, antiinflamatorio e inmunoestimulante.

Se receta en estados gripales, para temas de circulación de sangre e hipertensión y de uso tópico en quemaduras. Parece ser protector del hígado, ayuda a la regeneración de úlceras y a regular el apetito.

Se usa también para enfermedades de la boca (dientes, lengua y encías) por sus propiedades cicatrizantes y antibióticas. Tiene infinidad de vitaminas y minerales que ayudan a optimizar funciones metabólicas.

Finalmente, la jalea real… la madre de todos los productos fabricados por estos excepcionales bichos. Es una sustancia segregada por unas glándulas que tienen en la cabeza las abejas obreras jóvenes y que mezclada con secreciones del estómago sirve de alimento para las larvas y la abeja reina.

Es considerado un “súper alimento” lleno de vitaminas, minerales, aminoácidos, antibióticos. Al igual que los otros productos, es energética, estimula el sistema nervioso, ayuda a la digestión y a la piel, al sistema inmune y a la depresión, pero sobre todo, por su contenido de acetilcolina mejora padecimientos como alzheimer y esclerosis múltiple.

En fin, una serie de productos con una bola de cualidades, la mayoría probadas científicamente y, todas, producidas por una misma especie: las abejas. Esto está como para dejar de tenerles miedo y comenzar a cuidarlas, ¿no?

Obviamente, todos estos productos no deben “autorecetarse” ya que en algunos casos están contraindicados. Es mejor asesorarse con quien sepa y les pueda ayudar a dosificarlos correctamente para obtener de ellos todos los beneficios.

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