El Presidente dice que ha invitado a México a Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, porque cree en un diálogo que promueva los intereses de México en el mundo y para proteger a los mexicanos “donde quiera que estén”.

Como un mero tweet, se lee, en el mejor de los casos, bien intencionado, acaso iluso, pero, al boletín de prensa y la diplomacia de los 140 caracteres, los antecede y rodea una serie de actos y declaraciones, las más de las veces dichos y cometidos, en el caso del aspirante republicano, desde el oportunismo y la retórica incendiaria, mientras que, en el caso del Presidente y otros funcionarios mexicanos, desde un discurso más bien aclaratorio y una defensa mesurada, salvo, claro, en casos como el del expresidente Vicente Fox quien recientemente pidió un  contra el empresario estadunidense.

La cadena de ofensas y las consiguientes reacciones influyen en nuestra percepción y afectan las expectativas ante un encuentro de esta naturaleza: ¿Se trata de una disculpa? ¿Una reconciliación? ¿Un mero gesto diplomático que deja de lado el carácter y la dignidad (de México, por supuesto) en pos de la conveniencia y de llevar la fiesta en paz? O, más penoso aún y, como apuntó el analista Carlos Bravo Regidor, ¿un acto más de la campaña de Trump para ganarse a los votantes hispanos y en el que México sólo sirva de plataforma?

Ya que los mexicanos tenemos fama, a veces muy merecida, de desmemoriados, aquí un listado de dichos y hechos, a propósito de paredes con puertas hermosas, ataques aéreos, violadores y narcotraficantes, sesgos por orígenes raciales, demagogia que remite a Hitler y Mussolini, entre otros.

1.     Empecemos por la intervención (junio 2015) que más indignación (¡y ovación!) provocó: “ Se están riendo de nosotros, de nuestra estupidez. Y ahora nos están derrotando económicamente. No son nuestros amigos, créanmelo. Pero nos están matando económicamente. Estados Unidos se ha convertido en un vertedero de los problemas de todos los demás. Cuando México manda a su gente, no están mandando lo mejor. No te están mandando a ti ni a ti. Están mandando a gente que tiene muchos problemas y nos están trayendo esos problemas. Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Y asumo que algunos de ellos son gente buena. Pero he hablado con guardias fronterizos y nos dicen qué tenemos. Y eso solo hace sentido. Nos están mandando no la gente adecuada. Y están viniendo de Sudamérica y Centroamérica y probablemente, probablemente, del Medio Oriente. Pero no sabemos porque no tenemos confianza en nosotros mismos. Y esto tiene que detenerse. Tiene que detenerse y rápido”. Estas declaraciones generaron, a su vez, una cadena de réplicas (la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, las tildó de horribles) y de rupturas comerciales por parte de grandes compañías, entre ellas la tienda departamental Macy’s, así como las cadenas de televisión NBC Universal, Grupo Televisa, Ora TV (propiedad de ) y Univision, mismas que cortaron lazos con Trump y el certamen Miss Universo.

2.     Grábense mis palabras. “Voy a construir un muro enorme - - y nadie construye muros mejor que yo, créanme - - y lo construiré de la manera menos costosa. Construiré un gran, gran muro en nuestra frontera sur, y haré que México pague por él. Grábense mis palabras”. Alguien tendrá que recordarle al candidato republicano que, por más enjundia y más apoyo ciudadano, llegado el momento el mentado muro no podría construirse de la noche a la mañana. Tal y como lo analiza Chris Moody, en su inteligente artículo , primero, habría que proponer ante ambas facciones del Congreso la aprobación de un presupuesto multibillonario. Aun cuando la edificación fuera aprobada por las dos cámaras, habría hacer frente a los trámites burocráticos de la federación, por ejemplo: El Departamento de Seguridad Territorial (Department of Homeland Security) correría con gran parte de la responsabilidad al ser quienes supervisan a la Patrulla Fronteriza. Igualmente habría que esperar los análisis y planes de los Cuerpos de Ingenieros del Ejército, bajo las órdenes del Departamento de Defensa. También estarían involucrados el Departamento del Trabajo, la Comisión de Oportunidades de Empleo Igualitario, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional. . . No sólo eso. Habrá que considerar la protección de paisajes y hábitats naturales a lo largo de la frontera y el impacto de su construcción tanto en la agricultura como en el flujo natural del agua y el impacto en el clima, por mencionar algunos aspectos. También habría implicaciones al invadirse la propiedad privada y consecuencias en el ámbito humano: la afectación de las familias y la prohibición del envío de remesas requeriría grandes maniobras diplomáticas ya que, además de todo, “México es uno de los socios comerciales más importantes de Estados Unidos”.

3.     El Tratado de Libre Comercio: . En junio de 2015 dijo: “Si nosotros construimos una planta en México, se contratan miles de trabajadores, todos mexicanos, bien por México. Pero, ¿México construye una planta en Estados Unidos? No. Tampoco compran bienes estadounidenses. Si nos comparamos con China, con Japón o con México, perdemos una fortuna en cada acuerdo que hacemos”. Un año después, habló de los  para traer de regreso los trabajos a su país. Entre ellos, propuso renegociar inmediatamente los términos de NAFTA a fin de obtener mayores ventajas para los trabajadores estadounidenses y “si no están de acuerdo, porque (México y Canadá) están acostumbrados a salirse con la suya, pero no conmigo, entonces suscribiré, según el artículo 2205, que Estados Unidos puede retirarse del pacto”. El TLCAN, que entró en vigor en 1994, cambió significativamente las relaciones entre ambos países al eliminar las tarifas arancelarias y facilitar la inversión de firmas de Estados Unidos en nuestro país. Al parecer, Trump, en calidad de presidente, podría cumplir sus amenazas e imponer en ciertas importaciones provenientes de México tarifas de hasta 35 por ciento, sin tener que contar con la aprobación del Congreso.

4.     México, listo para atacar. En junio de este año, en Manchester, New Hampshire, Trump dio un discurso afuera de una fábrica que había dejado de funcionar, misma que citó como síntoma de la fallida política comercial promovida por los Clinton. Citó estadísticas de desempleo, que dijo eran resultado de convenios fuera de balance como los firmado con China, Japón y, desde luego, NAFTA: “México, y respeto a México, respeto a sus líderes, y lo que nos han hecho es increíble”. Para entonces un avión sobrevolaba muy cerca. Trump continuó: “Sus líderes (los mexicanos) son mucho más listos, mucho más agudos y eso es increíble”. Cuando el avión se escuchó aún más cerca, : “De hecho, ese podría ser un avión mexicano ahí arriba. Se están preparando para atacar”.

5.     Mexicanos de origen. A propósito de la controversia de Trump University y aun cuando después lo negara, el candidato presidencial republicano dudó del desempeño imparcial del juez Gonzalo Curiel por sus “raíces” hispanas y el sesgo que esto causaría a la hora de emitir un fallo. En entrevista con Wall Street Journal dijo que Curiel tenía un absoluto conflicto de interés al presidir el caso dado que, aunque nacido en Indiana, era de origen mexicano (Mexican heritage) y miembro de la asociación de abogados latinos. En , cuando se le preguntó por qué se refería a la etnicidad de Curiel, él respondió que porque ésta era mexicana. “¿Y eso qué?”. “Bueno, porque quiero construir un muro. Y me estoy llevando de maravilla con los hispanos, pero quiero construir un muro. Hay gente a la que simplemente no le agrada la idea”.

6.     Y como esto no es sólo de un lado, también vale la pena recordar las reacciones verbales de nuestros políticos hacia Donald Trump. En marzo el Presidente Enrique Peña Nieto lo comparó con Hitler y Mussolini, hay que decirlo, en eso no estuvo solo: sus palabras siguieron a las de otros críticos y opositores como: el columnista Robert Kagan, Robert Reich (ex Secretario del Trabajo de EUA), el académico Robert Paxton y el actor George Clooney. En entrevista con este diario, Peña Nieto dijo: “Soy de los que lamentan y condenan ese tipo de expresiones, que me parece claramente que son por un desconocimiento de México” y agregó que opiniones como las de Trump lastimaban una relación que México ha buscado con Estados Unidos “de puentes, diálogo y acercamiento, de buscar soluciones a problemas comunes a través de acuerdos y tareas compartidas”. De hecho, en la pasada , que reunió en territorio canadiense a los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá, durante la conferencia de prensa se le preguntó al presidente Peña Nieto si aún sostenía la comparación que había hecho entre Trump y Hitler y Mussolini y si le preocupaba que en un año el muro estuviera ya construido: “Lo diré otra vez”, , “Mi gobierno respetará enteramente el proceso electoral de Estados Unidos (…) Enfrentamos una realidad global. Tenemos un mundo interconectado y con sus propios desafíos. En distintos lugares tenemos líderes políticos que se sirven de la demagogia y de consignas populistas para eliminar y destruir lo que ha llevado décadas construir, para volver a los problemas del pasado”. A principios de mes, la canciller  tildó de “absurda” la propuesta de que México pagara por construir un muro en la frontera con Estados Unidos y advirtió que la relación económica bilateral podría sufrir “graves consecuencias”.

Pues, esperemos que ni a nuestro Presidente ni a nuestra clase política ni tampoco a nosotros se nos olviden los hechos ni las palabras ni el impacto de las mismas, y que, independientemente de protocolos, conveniencias u oportunismos, primen la dignidad y el carácter. ¡Viva México, cabrones!

Ilustración de: José Rodríguez Mota

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