Mi problema con el video Fuiste mía, del grupero Gerardo Ortiz, no es tanto que trivialice los feminicidios, sino la calidad del mismo. su narrativa, la fotografía, las actuaciones (¿cuáles?), en suma, esa colección de lugares comunes.

Es la invariable historia de un galán (interpretado por el cantante) que se enamora de una mujer escultural hasta que un buen día la descubre en la cama con otro: a éste lo mata a balazos y a ella la ata, la somete, la encierra en la cajuela. Entonces llega la policía, mientras él prende fuego y sonríe. FIN.

En redes sociales, especialmente en Twitter, empezaron a lloverle críticas a Ortiz. Incluso una cuenta llamada Voces feministas exigió que el video fuera retirado por considerar que se burlaba de las mujeres asesinadas y de las mujeres vulnerables. El cantante respondió con un meme que decía: “Mi video violento y perturbador... No mamen”.

Asunto delicado. Yo también estoy así de decirles que no mamen. ¿Qué se gana con retirar el video? ¿Dejará de reproducirse o la gente dejará de buscarlo? Difícilmente. En mi entrada anterior hablé sobre cómo buena parte los contenidos mediáticos (en películas, series de televisión, canciones) perpetúan mensajes, referentes e imágenes que cosifican y, por ende, victimizan a las mujeres. Y, no obstante, cuestiono si una censura aplicada a rajatabla en realidad solucione algo. En todo caso quienes notamos y nos preocupamos por estas alertas podemos proponer/producir/buscar otros tipos de contenidos que den muestra de mayor diversidad, mayor sensibilidad, mayor igualdad. Denunciar y exhibir es una cosa: prohibir es otra muy distinta, no sólo por cómo resulta en un morbo y una curiosidad mayores sino, y esto es un punto interesante, por cómo este tipo de expresiones pueden también leerse como válvulas de escape, como catarsis, que proporcionan un termómetro más a propósito de la percepción y el ejercicio de la violencia en las relaciones interpersonales. Menos censura, más crítica, más extrañamiento, incluso mayores sentido del humor, ironía y absurdo: sirva como ejemplo cuán exitosa fue en Escandinavia aquella campaña que contrarrestó la pornografía con mera ridiculización.

De pronto pensé que si este tipo de iniciativas se dieran a la tarea de borrar/bajar/eliminar canciones por sus contenidos violentos hacia las mujeres o los personajes femeninos a los que hacen referencia, nos quedaríamos sin música. O no tanto, pero casi.

A “ojo de buen cubero”, aquí van algunas canciones manchadas.

Comienzo por una de mis favoritas de todos los tiempos, Delilah, interpretada por Tom Jones y parodiada años después por el actor Christopher Walken. A la manera de Ortiz, el cantante grupero, el protagonista de Delilah espía a su amada y la descubre con otro. Después cruza la calle y llama a la puerta. Delilah abre y se burla de él. Entonces él dice que siente el cuchillo en su mano y ella deja de reír : “Forgive me Delilah I just couldn't take any more...”

Paso a otra de los esperados Guns 'N Roses: su famosa I used to love her: "Solía amarla, pero tuve que matarla. Sabía que la extrañaría, así que tuve que guardarla y por eso está enterrada en el patio de atrás". O la misma Closer, de los Nine Inch Nails, cuyo video muestra a un mono crucificado, una res que cuelga, como pintura de Rembrandt, y la cabeza de un cerdo: “Quiero cogerte como un animal”. O algunas más clásicas como: I’m Gonna Murder My Baby, de Pat Hare: “Voy a asesinar a mi nena porque se fue desde la mañana y es la hora que no llega...” O They're hanging me tonight, del cantante country Marty Robbins: “Pienso en lo que he hecho y sé que no estuvo bien/ Mañana enterrarán a Flo, pero a mí me ahorcarán esta noche”.

Al menos recibió su merecido, dirán algunos. Curiosamente, para muchos, eso es lo que salva a Stan, éxito del rapero Eminem: la canción y el video cuentan la historia de un fan from hell que se obsesiona con el rapero al grado de llevar a la muerte a su propia esposa embarazada y a sí mismo. Otra de Marshall Mathers sobre violencia contra una mujer: Kim.

Y ya que estamos en el terreno del hip hop, uno de los casos más ilustrativos de violencia que supera la letra de una canción, es Texas Boy, de Big Lurch, que amenaza con cortar a la víctima con un machete. En la vida real, este rapero de Dallas enfrenta cadena perpetua por asesinar a su novia de 21 años: el cuerpo de la chica fue encontrado con mordidas en la cara, a la vez que trozos de sus pulmones le habían sido arrancados: todo indica que Big Lurch los engulló.

¿Y qué hay de "Confessions", de Cam'ron? ¿A qué tipo de violencia incita que alguien confiese sus pecados: desde fabricar y vender drogas hasta orinarse en el juego de su abuelo, violar a su mascota? ¿Dónde queda "Spill Your Blood", de Mr. Hyde, que arranca con la cita de American Psycho: "Derramar tu sangre sobre el concreto"? ¿Qué hacemos con "Ever So Clear", de Bushwick Bill, inspirada en un hecho real: cuando el rapero perdió un ojo porque su novia le disparó: "It's fucked up I had to lose an eye to see shit clearly?”

U otras como “Nine Dead Bodies”, en la que Esham narra sus nueve homicidios: clava estacas, prende fuego. . .

O "Date Rape", de Sublime, que ya con el puro nombre: "Ven, nena, es tu día de suerte. Cállate, lo haremos a mi manera. Ven, nena, no tengas miedo. Si no fuera de esta manera, nunca cogería”. Aquí también el narrador es descubierto y enviado a prisión donde, se dice, recibe justicia poética.

O "Assassins", de los Geto Boys, y la mujer que atacan y rebanan hasta que sus entrañas “parecen espaguetis”.

O "Dance with the Devil" (aquí va hipervínculo:), de Immortal Technique: violencia, asaltos, secuestros, violaciones multitudinarias, incesto, asesinato y suicidio se cuentan casi con altura y con una moraleja muy honda, mientras en el fondo suena la versión instrumental de “Love Story” “Si el diablo quiere bailar contigo mejor dile que nunca/ porque el baile con el diablo puede durar toda la vida”.

La lista sigue. ¿Qué canciones recuerdan ustedes en las que se insulte, se maltrate, se violente a las mujeres?

Por no hablar, insisto, de películas, series de televisión, novelas, obras de teatro. . .

Pero, momento, ¿se trata de expulsar a los poetas de la República?

Dice mi amigo Alex que todo va bien mientras no le censuren ni a su Marrano ni a su Enfermito...

Sí, esos que le cantan a la "puta perra ponzoñosa": “te van a saltar los ojos cuando te la meta toda”. Que reclaman las puñetas que han tenido que hacerse en las madrugadas: “por no quererme dar las nalgas”. Que le dicen que es “puta y orgullosa”, “zorra resbalosa”, “libertina divertida”, “nunca te bajaré de puta”. Que le preguntan cuánto vale su culo: “para darte bien recio”.

Menos censura. Más análisis, más ironía. Mayor sentido del humor, mayor ridiculización.

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