Mientras los gobiernos analizan una manera rápida de encontrar solución a la crisis de refugiados en el continente europeo, los ciudadanos formulan propuestas específicas y salen a la calle a darles la bienvenida. 

“No queremos que Europa se convierta en una fosa común”, rezaban algunos de los carteles alzados durante la protesta que unas veinte mil personas realizaron el pasado lunes en Viena, luego del hallazgo de un camión de refrigeración con 21 cadáveres de inmigrantes, abandonado en la frontera de Austria con Hungría.

Entre los fallecidos, algunos con papeles sobre su origen sirio, había niños y una bebé de dos años de edad. Otras de las leyendas y los cantos de los manifestantes decían: “¿Mi nacionalidad? Ser humano”, “Ningún ser humano es ilegal”, “Digámoslo claro y alto: los refugiados son bienvenidos aquí”, “Somos uno de los países más ricos del mundo: podemos y debemos hacernos cargo”.

En tanto, en Islandia, más de 10,000 personas ofrecieron, a través de una iniciativa lanzada en Facebook, “abrir las puertas” de sus hogares a refugiados sirios: desde provisión de techo, ropa y juguetes, hasta enseñanza del idioma, inserción en la sociedad islandesa y pago del boleto de avión.

Esto llevó a las autoridades a considerar el aumento del número de inmigrantes sirios que, previo las demandas ciudadanas, era de solamente 50.

En tanto, la crisis humanitaria y la crisis logística no cesan. Miles de refugiados, que huyen de la pobreza y la violencia en sus respectivos países y que pretendían viajar por tren de Budapest a Salzburgo y Munich, se quedaron varados ante la decisión de detener los trenes por tiempo indefinido, aunque poco después se resolviera restablecer el servicio exclusivamente para quienes tuvieran papeles en orden.

Además de los enfrentamientos entre migrantes y las fuerzas policiales de Grecia, Italia, Macedonia, Serbia y Hungría, hay que sumar el rescate y las muertes de quienes se transportan por la vía marítima. Otros 76 cuerpos fueron recuperados en el Mediterráneo y otros 52 en Sicilia. Por mar y por tierra, es una situación crítica, que crece y rebasa a las autoridades: en Austria no había ni siquiera los controles necesarios para deportar a los migrantes a Hungría.

Los dirigentes manifestaron su pasmo: “Es una alerta para buscar cuanto antes solución al tema de los migrantes y con un espíritu solidario”, declaró la canciller alemana Angela Merkel”, y la Ministra austriaca del Interior llamó “criminales” a los traficantes de personas.

En lo que los gobiernos analizan y discuten sobre una manera rápida de encontrar solución a la crisis de refugiados en el continente europeo, son los ciudadanos quienes formulan propuestas específicas y salen a la calle a expresarles su bienvenida, en concordia y con hospitalidad, hartos e indignados por haber tenido “suficiente de muertes, sufrimiento y persecución”.

¿Llegará a buen curso tanta presión? Sírvanse comentar.


Crédito foto: AFP

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