Por más descuidado, ofensivo, ignorante o políticamente incorrecto, Donald Trump se mantiene como el favorito para ser el candidato del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos.

Una de las polémicas más recientes se desató el fin de semana a raíz de que Trump fuera confrontado por Megyn Kelly, de Fox News, por referirse a las mujeres como pigs, dogs and slobs (cerdas, perras, inútiles). En una entrevista posterior con otro comunicador, Trump describió la rudeza con que Kelly lo había tratado: estaba tan enojada que “le salía sangre de los ojos, sangre de su donde fuera. . .” (you could see there was blood coming out of her eyes, blood coming out of her wherever), lo que fue interpretado como una insinuación a su ciclo menstrual.

Y la furia se desató por todos lados: redes sociales, mujeres y enemigos de Trump, pero también seguidores suyos que arrancaron una campaña de desprestigio contra Kelly. Tampoco faltó la reacción de sus opositores políticos: el mismo Jeb Bush, otro de los contendientes a la candidatura republicana, se preguntó: “Realmente, ¿queremos insultar al 53 por ciento del electorado?”.

Trump ni siquiera pensó en disculparse. Dijo que si hay alguien que defiende a las mujeres es él y que sus palabras habían sido “ridículamente interpretadas” por mentes enfermas. “Que se disculpe Bush”, dijo. . Por como propone disminuir el presupuesto dedicado a la salud de las mujeres. Plan Parenthood, fábrica de abortos, no debería ser financiado por el gobierno. Derecho de decidir, defender derechos de mujeres.

El magnate fustigó a su contrincante Bush  por proponer la disminución del presupuesto dedicado a la salud de las mujeres: ése, a su juicio, es un daño verdadero. Trump no oculta su agenda conservadora: está en contra del capítulo pro choice del Plan Parenthood: “una fábrica de abortos que no debe ser financiada por el gobierno”. De ahí que quede en entredicho su apoyo a las mujeres que no contempla respaldar el derecho de éstas a decidir.

¿Habrán sido las mentes enfermas las que llevaron así de lejos el comentario de la sangre proveniente de dónde fuera. . .? De por sí, las bromas sobre el ciclo menstrual ya clásicas, tienen un peso negativo no sólo en la capacidad de acción y determinación de las mujeres si no en su propia valía: desde tiempos ancestrales, en no pocas culturas el periodo se asocia con suciedad, impureza, contaminación. No hace falta hacer más eco a este tipo de descalificaciones.

Pero, bueno. . . No importa cuán retrógrado o cuán fuera de lugar, las intervenciones de Trump siguen alimentando la hoguera y sumándose la creciente adhesión de un público que parece celebrar tanto flamazo.

¿Será esa la energía que el magnate dice que echa de menos en la política de su país y que se ha propuesto recuperar?

El señor puede ser ridículo, pero las simpatías que no deja de despertar no lo son en absoluto.

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