Nos gusta mucho cuando en el antiguo Silverstone se escenifica un duelo intenso; uno de esos en que los pilotos no especulan, porque saben que llevarse el mayor número de puntos posible los acerca significativamente, a estas alturas de la temporada, al campeonato de Fórmula 1.

Mañana en Inglaterra un duelo así emocionará 100% al público. Sebastian Vettel con Ferrari y Lewis Hamilton con Mercedes serán los encargados de subir las pulsaciones. Además, podemos agregar a Force India en esta tarea, ¿por qué no? Por cierto, ‘Checo’ Pérez pronto será papá, ¡felicidades! El canadiense Esteban Ocon también está ganando mucha credibilidad esta temporada. Ahí hay una rivalidad que puede intensificarse.

Hoy me llega el recuerdo de un GP de Indianápolis, cuando le dieron una orden a Rubens Barrichello, que piloteaba para Ferrari. Iba el brasilaño ganando en la última vuelta, y le indicaron que debía dejar pasar a su compañero Schumacher, para que el alemán llegara a la cima. Eso ocasionó críticas fuertes a la escudería.

El asunto se ha repetido en múltiples ocasiones; recordemos los grandes duelos de Ayrton Senna y Alain Prost. Llegaron al extremo de ‘aventarse’ los coches, tocarse entre sí, a pesar de ser compañeros del mismo equipo. Ni se saludaban.

Sin embargo, el francés tuvo un muy buen detalle al final, porque fue uno de los primeros en asistir a la capilla donde se encontraba el cuerpo de su rival, Ayrton Senna, en Brasil, muerto en un choque en la curva Tamburello, durante el Gran Premio de San Marino. Creo que aunque dos pilotos se odien, deportivamente hablando, cuando la rivalidad termina con una tragedia el que queda vivo siempre se despide respetuosamente. Es un asunto entre caballeros.

Había un famoso director de Mercedes-Benz en los años 50, Alfred Neubauer (le decían ‘El Gordo’). Tenía problemas constantes con los pilotos y le preocupaba mucho que chocaran entre sí, pues así se perdían puntos en el campeonato de constructores y pilotos. Tal cual, como sucedió al año pasado con Hamilton y Rosberg, los dos pilotos de Mercedes.

¡Cómo han pasado los años!

En el circuito de Silvertone se inició el Gran Premio en 1950. El triunfador en esos tiempos primigenios fue el piloto argentino ‘Pelón’ José Froilán González.

Tengo un buen recuerdo de ese circuito, al cual asistí con el ingeniero José Abed, que era el Presidente del Comité Organizador del Gran Premio de México. Mi posición en el comité era de Director de medios. Un equipo de cinco periodistas mexicanos viajamos para visitar el GP de Francia y Silverstone, justamente. Cuando estábamos formados con el automóvil rentado, en un camino de doble vía estrecha que nos daría acceso al circuito, de repente nos pusimos nerviosos porque creímos llegar tarde... Claro, en algún momento nos ‘brilló el coco’ a todos: “Si decimos que somos periodistas, ¡deben de darnos facilidades para entrar!” Apoyado con el entusiasmo de mis compañeros, me salí de la línea de autos y llegué hasta la entrada. Para mi sorpresa, un policía vestido de azul, con casco y garrote, me marcó el alto y me dijo: “Go back!” Le enseñamos los gafetes y le dijimos que éramos prensa de México... Pero vinieron otros policías con pose amenazadora. Nos indicaron que, o vamos para atrás, o vamos a prisión. Nos fuimos en reversa una larga distancia. En verdad nos dio mucha pena. Entre todos nos dijimos: “¡Ya ven, si no estamos en el Viaducto!” Mientras escribo y recuerdo lo anterior, me doy cuenta de que tengo una leve sonrisa.

Google News

Noticias según tus intereses