Apenas el lunes 27 el secretario de turismo Enrique de la Madrid Cordero dio a conocer en el marco de la inauguración del Tianguis Turístico de Acapulco 2017, que en 2016 visitaron México 35 millones de turistas internacionales, lo cual representa casi 50% más que en 2012, mientras que el turismo interno creció 20%, al pasar de 189 millones de turistas nacionales en 2012, a 226 millones en 2016.

Se manifiesta un evidente entusiasmo por el crecimiento de la actividad turística y por las declaraciones del presidente de la Organización Mundial del Turismo, (OMT), Taleb Rifai, quien no sólo elogió a nuestro país, sino expresó su expectativa de que México avance uno o dos lugares en el ranking de la OMT en los próximos años.

Sin embargo, en contraste con el optimismo y entusiasmo gubernamental, vemos que en las noticias del martes  28 de marzo dos extranjeros fueron asaltados y baleados camino al cementerio de Mazunte, Oaxaca. Uno de ellos, John Basehart, murió en la ambulancia al haber recibido una bala en la espalda y la mujer se encuentra delicada.

A su vez el 10 de marzo una periodista del diario español El País junto una amiga visitaron también Mazunte y fueron acosadas, existiendo la presunción de un posible intento de secuestro.

Es relevante saber que Mazunte está cerca de Puerto Ángel y en 2015 fue declarado “pueblo mágico”.

No podremos llegar a ser una potencia turística global como país, si antes no nos preparamos para ello en infraestructura.

Un aspecto fundamental para convertirnos en potencia turística está en garantizar confianza y esto hoy se resume en una prioridad: garantizar la seguridad de los turistas.

Los polos de desarrollo por razón lógica atraen a la delincuencia organizada, grupo que no tiene ninguna preocupación en dañar la imagen de nuestro país con sus tropelías.

En el mundo de hoy las percepciones inconscientes definen las actitudes de la gente y si la comunidad turística internacional teme en lo básico, que es la seguridad física y percibe a nuestro país como riesgoso, seguramente evitará promoverlo y este gran proyecto de desarrollo económico se frenará.

Cada centro turístico debe estar protegido al cien por ciento, pues estas noticias relativas a violencia donde los turistas son las víctimas, desincentivan el interés por visitar nuestro país.

A su vez, un lugar turístico protegido por el ejército, manda un mensaje de inseguridad. Por ello es necesario crear una corporación muy profesional y preparada para combatir a la delincuencia en los centros de desarrollo turístico. Es necesario formar una policía turística altamente eficiente, con un número importante de miembros capaces de cubrir la región, y además debe estar armada y capacitada.

Si no se garantiza la seguridad del visitante, seguir invirtiendo recursos en la promoción turística en el extranjero, se nos puede revertir de modo tal que el daño sería de alto impacto.

¿Usted como lo ve?

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