Ya desde hace unos meses escribí que lo que está sucediendo en Medio Oriente, y concretamente la guerra civil siria, hace quedar muy mal a quienes siguen pensando con ideas como que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Hoy, esa situación queda una vez más al descubierto. Por primera vez en el conflicto, Turquía ha decidido cruzar su frontera e intervenir por vía terrestre en territorio sirio. Como era de esperarse, esta decisión tiene que ver con el combate a ISIS, pero solo en parte. La otra parte es evitar a toda costa la expansión de las milicias kurdo-sirias (YPG), un tema que, para Erdogan, resulta prioritario. Esta situación, de nueva cuenta, coloca a Washington en medio de dos importantes aliados. Uno de ellos es un estado miembro de la OTAN. El otro, el pilar del combate a ISIS. Hoy en el blog, un análisis al respecto:

La complejidad de las alianzas de Washington

Con el fin de entrar en materia, recupero unos párrafos de un texto que escribí en el mes de febrero de este año:

Los kurdos son aliados de Washington. Turquía, miembro de la OTAN, también es aliada de Washington. Pero los turcos y un sector de los kurdos (un grupo étnico con presencia en cinco países diferentes) tienen un conflicto armado desde hace décadas. Los kurdos han resultado ser los más eficaces a la hora de combatir a ISIS. Pero sus avances no son bien vistos por Turquía, quien, sin embargo, también combate a ISIS. Por otro lado, Rusia, rival geopolítico de Estados Unidos, se ha estado acercando a los kurdos en parte para golpear a Turquía donde más le duele, como producto del enfrentamiento que hay entre Moscú y Ankara en Siria, enfrentamiento que ha escalado los últimos meses. Esta semana los choques entre turcos y kurdos se intensificaron. Ankara está bombardeando posiciones kurdas en Siria.

(Esto, repito, ocurrió hace seis meses. Como se aprecia más abajo, estas situaciones se han ido moviendo. Pero sigo con el texto de febrero):

  • Estados Unidos forma una coalición de países contra ISIS en 2014, pero esta coalición solo efectúa ataques aéreos, por lo que su éxito depende enormemente del desempeño de milicias aliadas en tierra para detener a ISIS e irle arrebatando el territorio que controla. Tanto en Irak como en Siria, los kurdos han sido el grupo más eficaz -a veces el único- en contener el avance de dicha organización islámica por lo que, si los kurdos ya eran un actor cercano a Washington, ahora su alianza se vuelve crucial.
  • En la coalición de países contra ISIS, acompañan a Washington diversas potencias regionales. Hasta el verano del 2015 Turquía era la gran ausente en dicha coalición a pesar de que ISIS representa para Ankara uno de los mayores riesgos a su seguridad. Una de las razones más importantes de esa ausencia es que Turquía, quien sostiene desde hace décadas un conflicto contra la militancia kurda, no quería que ese actor resultase fortalecido en Siria tras el combate a ISIS. Su mayor temor es que las ganancias kurdas en Siria vigoricen al movimiento independentista de este grupo étnico que tiene presencia en Turquía y en otros cuatro países más.
  • Cuando en 2015, finalmente la Casa Blanca consigue convencer a Erdogan de su participación en la coalición contra ISIS, el presidente turco advierte que, de manera simultánea, Ankara combatiría a ISIS, al presidente sirio y a los kurdos. Todo a la vez. De hecho, tras el anuncio de su inclusión en esta coalición, se rompe el cese al fuego que Ankara mantenía con la militancia kurda desde hacía un tiempo, y bombardea posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), principalmente en Irak. Washington tuvo que hacerse de la vista gorda con tal de poder atraer a Turquía a la estrategia contra ISIS.
  • Pero más allá de eso, Moscú decide acercarse a los kurdos –cosa que el Kremlin ya ha hecho antes en la historia- y con ello, golpea a Turquía donde más le duele. Sabiendo que el tema irritaría a Erdogan, antes de la última ronda de conversaciones de paz para Siria a inicios de este mes, Moscú exigía a Washington la presencia de los kurdos en la mesa de negociaciones. Este acercamiento se sella hace unos días mediante la apertura de una oficina de separatistas kurdos sirios en Moscú.
  • Por si fuera poco, tras los últimos bombardeos rusos contra los rebeldes en Siria, los kurdos sacan ventaja al incrementar el territorio que controlan, cosa que por supuesto es considerada por Turquía como un riesgo que debe ser contenido.

Hasta acá el texto de febrero.

Cambio de panorama desde febrero hasta la fecha

  • La alianza entre Washington y los kurdos-sirios no solo se ha mantenido, sino que incluso se fortaleció. Con el objeto de combatir a ISIS de manera más eficaz, EU entrenó y preparó una nueva milicia llamada Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés), la cual incluye a varios grupos de rebeldes árabes, pero, sobre todo, combatientes kurdos. De hecho, hubo un momento hace pocos meses, en el que varios grupos de rebeldes árabes se quejaron de que Washington solo estaba apoyando a los kurdos, de manera que la Casa Blanca tuvo que incorporar más combatientes árabes en este grupo armado.
  • Con el apoyo aéreo y logístico de EU, esta milicia rápidamente fue arrebatando posesiones a ISIS y se fue consolidando como una de las mayores ganadoras de los últimos meses, situación, por supuesto, que era vista con mucho recelo por Ankara.
  • En otro frente, Turquía y Rusia deciden tratar de resolver sus no pocas diferencias e intentan un reacercamiento que culmina en una cumbre de alto nivel a inicios de este mes (En este texto explico los factores que rodean a este reacercamiento http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/articulo/mauricio-meschoulam/nacion/2016/08/13/cumbre-rusia-turquia-guerra-siria ).
  • Repentinamente, la semana pasada nos enteramos de que Turquía por primera vez en el conflicto, lanza una intervención terrestre dentro de territorio sirio, intervención que estaba destinada a brindar un más sólido respaldo a las milicias que Ankara arma y financia desde hace tiempo, con el objeto de arrebatar a ISIS el estratégico poblado de Jarabulus en la frontera sirio-turca.
  • Pero la situación no se queda ahí. Turquía comienza a atacar por aire y por tierra a los combatientes kurdos-sirios (YPG), y amenaza con seguir su ofensiva contra dichas milicias kurdas si es que estos grupos no se repliegan de algunas sus posiciones actuales.

El conflicto de los aliados de Washington

  • Debemos partir de la base de que la intervención turca no pudo haber ocurrido sin el aval ruso. Hasta hace unos meses, Moscú tenía amenazada a Ankara con derribar sus aviones si estos se atrevían a cruzar el espacio aéreo sirio, e incluso había montado defensas antiaéreas para tal efecto. Más aún porque en estos momentos no solo estamos hablando de sobrevuelos, sino de una intervención terrestre. Es por tanto natural asumir que los pasos de Erdogan forman parte del reacercamiento entre Moscú y Ankara. Probablemente la otra parte tiene que ver con la aceptación de Turquía de que Assad, el presidente sirio, permanezca en el poder por un tiempo. No es casual que, justo hace unos días, se ha empezado a reportar que las tropas leales a Assad también han estado chocando con las milicias kurdas.
  • Esto resulta enormemente complicado para la Casa Blanca. Por varios motivos:
  • Como dijimos, los combatientes kurdos –hoy atacados por Turquía- han resultado ser el pilar más importante en la lucha terrestre de la coalición liderada por Washington contra ISIS,
  • Teóricamente, sin embargo, la alianza de Turquía con EU es mucho más importante que la que Washington pueda tener con los kurdos ya que Turquía es un estado miembro de la OTAN, situación que obedece a lógicas históricas de mayor relevancia que todo lo que pueda significar un grupo terrorista como ISIS,
  • Aún así, el hecho de que Ankara esté combatiendo de manera abierta, directa y frontal al aliado de Washington en Siria, obviamente, es parte del resultado de la distancia que se ha venido generando entre estos dos gobiernos,
  • Esto sería aún más delicado si, como se puede sospechar, la intervención terrestre de Turquía en Siria, y concretamente sus ataques a los kurdos, fueron acordados con Moscú justo en uno de los momentos de más álgido enfrentamiento entre las dos superpotencias desde tiempos de la Guerra Fría.
  • Los factores anteriores colocan a Washington en un verdadero predicamento. Por un lado, el combate a ISIS, tras dos años de haber sido lanzado, está finalmente empezando a dar frutos. Pero, por otro lado, el trabajo en contra de esa organización islámica está inconcluso. Hay mucho terreno por recuperar aún, tanto en Siria como en Irak, y como lo habíamos previsto, las rivalidades entre muy diversos actores tanto locales como regionales, termina por salir a flote. Cuando Obama quisiera que todos los esfuerzos se concentraran en luchar contra ISIS, vemos que cada actor se encuentra protegiendo sus propios intereses. Y cuando uno de esos actores es Turquía, una de las más importantes potencias regionales y un miembro de la OTAN, lo que resulta -o por lo menos así lo parece-, es una Casa Blanca rebasada por una lógica que no termina de comprender y que se percibe atada de manos ante lo que sucede frente a sus ojos.

¿Usted cómo lo ve?

Twitter: @maurimm

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