El liberó sobre cómo los medios en Estados Unidos informan sobre casos de violencia sexual en las prepas y universidades. Este ha sido un tema que ha cobrado una importancia inusitada en la conversación de ese país, particularmente en los últimos dos años. Ello se ha debido a varias razones, una de las cuales es el énfasis que ha puesto el gobierno de Barack Obama en prevenir y castigar este tipo de violencia. En enero de 2014, la Casa Blanca creó la . Para abril de ese mismo año, liberó su sobre la prevalencia de este problema y las medidas que tendrían que implementarse para combatirlo de manera efectiva. Medidas que todas las universidades que reciben fondos federales en Estados Unidos —que son la mayoría— están obligadas a implementar. Un mes después, el Departamento de Educación de Estados Unidos publicó de 55 universidades que estaban siendo investigadas por violar esta normatividad, entre las cuales se incluían unas tan prestigiadas como lo son la Universidad de Harvard, de Chicago y de Princeton. Desde entonces, no han cesado los artículos y reportajes sobre la violencia sexual en la educación superior, tratando de cubrir las distintas aristas del fenómeno. El Women’s Media Center se ha encargado de analizar exactamente qué tipo de cobertura ofrecen. ¿Quiénes los escriben? ¿A quiénes entrevistan? ¿Qué enfatizan? En otras palabras, han tratado de dilucidar quién está formando la discusión nacional sobre este problema. (Problema, valga decirlo, que afecta desproporcionadamente a las mujeres, según del 2011 del Center for Disease Control and Prevention y del 2015 de la Washington Post-Kaiser Family Foundation).

El WMC analizó 940 artículos sobre violencia sexual en universidades o prepas, publicados entre el 1 de septiembre de 2014 y el 31 de agosto de 2015, provenientes de 12 medios: The Associated Press, Chicago Sun-Times, The Denver Post, Los Angeles Times, New York Daily News, New York Post, The New York Times, Reuters, San Jose Mercury News, USA Today, The Wall Street Journal y The Washington Post. Los siguientes son los resultados más importantes de su análisis:

  1. El 55% de los artículos fueron escritos por hombres y el 31% por mujeres. (El 14% restante no incluye la autoría.) La brecha es aún más grande si los artículos fueron incluidos en la sección de deportes o escritos por periodistas del deporte (el 23% de los artículos totales caen en este supuesto): el 64% de estas historias fueron escritas por hombres en comparación con el 7% que fueron escritas por mujeres (el 29% restante no incluye autoría).
  1. Se encontró una disparidad en cómo los hombres y las mujeres periodistas informan sobre los sucesos: las periodistas entrevistan más a las supuestas víctimas (que son desproporcionalmente mujeres) que los periodistas; y, también, escriben más sobre el impacto que tiene la violencia sexual en las vidas de las supuestas víctimas. También encontraron que las periodistas se enfocan más en las políticas universitarias y en la prevalencia de la violación en los campus; mientras que los periodistas se enfocan más en los procesos internos y en la «cultura deportiva».
  1. En concreto: en los artículos escritos por hombres (que son la mayoría), el 28% de las citas que incluían provenían de mujeres, mientras que el 54% provenían de hombres; en los artículos escritos por mujeres, el 42% de las citas provenían de mujeres, en comparación con el 38% que provenían de hombres. Esto es: los hombres periodistas les dan mucho más espacio a las voces de otros hombres (casi el doble que a las mujeres); mientras que las mujeres periodistas le dan más espacio a las voces de otras mujeres (sin dejar tan atrás a los hombres). A su vez, solo el 10% de los hombres citados referían al impacto que tenía la violencia en las víctimas; mientras que el 22% de las mujeres citadas referían a ella.
  1. Estas brechas, cuando los artículos estaban incluidos en la sección de deportes o eran escritos por periodistas del deporte, se intensificaban: el 81% de las citas que utilizaban los hombres periodistas (que escribieron el 64% de los artículos) provenían de hombres y solo el 7% de mujeres. Cuando las mujeres escribían estos artículos (ellas escribieron el 7% de estos artículos), el 49% de las citas provenían de mujeres y el 41% de hombres.
  1. A su vez, casi la mitad de los artículos estaban enfocados en casos «de alto perfil»: el de Jameis Winston, jugador de futbol americano de la Universidad de Florida fue cubierto por 173 artículos (18%); el de la supuesta violación de una estudiante universitaria por parte de jugadores de futbol americano de la Vanderbilt University fue cubierto por 29 artículos (3%); el de la supuesta violación de Emma Sulkowicz en la Universidad de Columbia —quien por meses (hasta su graduación) cargó un colchón como forma de protesta por el manejo universitario de su caso— fue cubierto por 30 artículos (3%); y, por último, el caso de la supuesta violación tumultuaria de una alumna de la Universidad de Virginia —cubierto por la Rolling Stone— resultó en 195 artículos (21%), si bien la mayoría se enfocaban en cómo la revista había fallado en cubrir adecuadamente el caso. Este último dato me parece particularmente lamentable: el caso que más tinta generó fue el de una «violación falsa», alimentando la idea de que las «mujeres por lo general mienten» cuando se trata de violación (a pesar de que el porcentaje de denuncias falsas de este delito son iguales a las de otros: muy bajas (entre el 2% y 8%)).[1]
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