Mirna camina en el campo abierto. Alrededor de su casa todo es verde. Unas vacas blancas pastan a lo lejos, increíble que este paisaje pertenezca a la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Mirna vive con sus tres hijos y se mantienen con una pequeña pensión que le da su ex marido. Ella quiere tener independencia económica y sueña con poner un taller mecánico para motocicletas y además comprarse una.

Debido a que Mirna no tiene un trabajo ni estudios decidió entrar a un programa médico para gestar un hijo de un matrimonio que no ha logrado procrear. Muchas mujeres en Villahermosa están en una situación económica semejante a la de Mirna, así que deciden entrar a los programas de gestación subrogada para tener un ingreso. De acuerdo con el código civil, pueden hacerlo siempre y cuando quienes deseen el hijo o hija sean mexicanos heterosexuales y casados. El año pasado la ley no era así y permitía que también los extranjeros o personas solas tuvieran acceso a esta técnica de reproducción asistida (TRA).

En Gire conocimos a Mirna porque decidimos hacer un documental que diera voz a las mujeres que elijen participar en estos procedimientos, ya que en el Congreso hay una iniciativa y un dictamen que buscan regular la gestación subrogada y tal pareciera que se ignoró la voz de quienes participan en ésta.

A petición de GIRE, el director Flavio Florencio se encargó de filmar, investigar y documentar lo que sucede. Hizo viajes a Villahermosa y a Los Ángeles para conocer a mujeres gestantes y a padres intencionales (quienes aspiran a tener hijos o hijas y optan por la gestación subrogada). En el camino no sólo descubrió a mujeres que participaron en el proceso, sino a parejas que invirtieron hasta sus pensiones de retiro para poder lograr tener un hijo (en este caso gemelos).

El documental muestra cómo viven las mujeres gestantes, sus razones y lo que dicen sus familias. Habla con los médicos, con los padres intencionales. Es un acercamiento a una realidad lejana a la ciudad y al Congreso; es un intento porque se legisle desde el conocimiento de todo lo que sucede alrededor de la gestación subrogada.

El Senado aprobó en el pleno dos dictámenes y los envío a la cámara de diputados. Uno regula las técnicas de reproducción asistida en general y el otro sólo la gestación subrogada. En ambas minutas se establece como requisito la “indicación médica” con lo cual se infiere que limita el acceso a estas técnicas sólo a parejas heterosexuales, pues son los únicos que podrían haber intentado reproducirse biológicamente sin lograrlo, lo que deja fuera a personas solteras y parejas del mismo sexo, que no necesariamente tengan problemas de infertilidad y, por ello, no recibirían “una indicación médica” para poder acceder a estas técnicas.

Además, está la iniciativa de la diputada federal del PRI, Sylvana Beltrones, quien busca la regulación de las TRA, incluyendo la gestación subrogada. Esta iniciativa tiene menos posibilidades porque falta que la apruebe el pleno de la Cámara de Diputados y de ahí pase al Senado para su aprobación. La propuesta de Beltrones es también discriminatoria y violatoria de derechos humanos, pues el acceso a las técnicas de reproducción asistida queda limitado a los y las mexicanas casadas que lleven más de un año intentando lograr un embarazo, además la mujer debe tener el permiso de su marido. Si se trata de gestación subrogada, el proceso debe ser altruista y la mujer gestante debe tener un vínculo de parentesco con los padres intencionales. La iniciativa deja fuera a las personas solteras, a las parejas del mismo sexo y a los extranjeros.

Luego de ver el documental, las iniciativas preocupan aún más, pues impedirían el acceso a las TRA a personas que desean ser padres o madres. Hacerlo tan restringido dejaría fuera a quienes sólo bajo la gestación subrogada podrían ejercer su derecho constitucional a formar una familia.

Las leyes no pueden pasar por encima de los derechos humanos. México se ha comprometido a ser respetarlos y resguardarlos, no sólo en la Constitución, sino también en los acuerdos internacionales que ha firmado.

El desenlace de la historia de Mirna lo podrán conocer en el documental (ya estaremos anunciando su estreno). También podrán saber de Ana y su esposo, quienes decidieron ayudar a una pareja de extranjeros (antes de que se modificara la ley en Tabasco) para que pudieran tener una hija. Ana los veía tan felices que compartía su alegría. Para ella, sentir apego por la recién nacida era imposible, pues tenía rasgos físicos totalmente diferentes a los suyos. Ojalá el Congreso rectifique y no legisle desde el prejuicio, sino desde su obligación de ser garantes de derechos humanos.

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