Bien entrado el siglo XXI las mujeres en México siguen siendo víctimas de una violencia digna de la cacería de brujas del siglo XVIII. La ideología de unos cuantos afecta la vida pública y privada de niñas y mujeres: En Veracruz la Unión Nacional de Padres de Familia compara a las ; en San Luís Potosí el vocero de la Arquidiócesis asegura que las mujeres violadas pueden ; en Morelia grupos antiderechos inician una campaña contra la NOM 046 por asegurar el derecho de mujeres y niñas a interrumpir el embarazo; en Veracruz y en Morelia se impulsan iniciativas para “proteger la vida” que buscan obstaculizar el acceso al aborto legal, y el diputado local por Nuevo León Marcelo Martínez . Estas son sólo algunas estampas que retratan el país donde conmemoramos el Día Internacional de la Mujer.

Este año, la ONU impulsó la paridad como tema del Día Internacional de la Mujer: “Por un planeta 50-50 en 2030: demos el paso para la igualdad de género”, con lo que busca la implementación efectiva de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las metas en el rubro de igualdad: Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas en el mundo y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado.

De acuerdo con ONUMujeres, a nivel mundial, una de cada cuatro mujeres gana menos que un hombre y la violencia que enfrentan las mujeres es una pandemia:  l o de alguien más. Y en México –aunque es uno de los 143 países que han adoptado medidas jurídicas para garantizar la igualdad— la discriminación y violencia que enfrentan las mujeres va mucho más allá de la falta de paridad. Es una realidad francamente dramática:

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ; en 2015 murieron 712 mujeres por causas relacionadas a abortos inseguros, y durante las primeras ocho semanas de 2016 han muerto por causas relacionadas con el embarazo o el parto.

La Red por los Derechos de la Infancia realizó un retrato de la revictimización que viven las niñas que son violentadas y se ven forzadas a llevar a término un embarazo: En 2011, 11 mil 512 niñas entre 10 y 14 años de edad registraron al menos un hijo, de éstas 318 niñas tenían 10 años. ¿Qué clase de Estado permite este maltrato a niñas que ya fueron víctimas de violencia? Les niega la opción de interrumpir su embarazo y las condena a ser madres antes de llegar a la edad adulta.

Los dichos de políticos y representantes de la iglesia católica son ofensivos en un país donde las mujeres sufren violencia constante, incluso dentro de sus hogares y desde la infancia. Las posiciones de grupos religiosos no deben convertirse en política pública, y mucho menos en una razón para obstaculizar la labor de los servicios de salud pública que, actuando conforme la ley, brindan anticoncepción de emergencia o la interrupción del embarazo de quién ha sido víctima de violación.

En este contexto ocurre la modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres. Criterios para la prevención y atención, que garantiza el acceso al derecho a la salud de las niñas, adolescentes y mujeres adultas víctimas de violencia sexual, pues permite acceder a la interrupción del embarazo sin autorización judicial: un gran paso en la protección de los derechos de la mujer.

Ante la situación de violencia que viven niñas y mujeres en México, la Secretaría de Salud merece un reconocimiento por impulsar las medidas legales que permiten asegurar sus derechos. Es fundamental que la modificación se publique a la brevedad en el Diario Oficial de la Federación para que las niñas lastimadas dejen de ser obligadas a convertirse en madres.

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