Por Ulises Castellanos

Este fin de semana murió el Comandante en Jefe Fidel Castro. Se va un ícono del siglo XX. La Isla jamás volverá a ser la misma. Van tres días de luto nacional, y hoy será la primera vez que visite Cuba sin Fidel.

Conocí Cuba en 1990 cuando Internet era un rumor y los únicos teléfonos celulares que conocíamos se los habíamos visto al capitán Kirk en Star Trek.

En aquel año, los fotógrafos novatos y profesionales tirábamos con Tri-x PAN y revelábamos a mano. Era imposible saber como nos había quedado una foto hasta regresar a México y procesar la película. El 90% de nuestro trabajo era en blanco y negro y revelado con Microdol-x o similares; debíamos estar muy concentrados cuadro a cuadro.

Si queríamos hacer color era con diapositiva y de preferencia con un cuerpo alterno.

Yo trabajaba en aquel entonces ya con una Canon A-1 y así empecé a fotografiar Cuba viaje tras viaje. Monté un expo de foto en 1999 en la emblemática Bodeguita del Medio, com más de 40 imágenes sobre Cuba.

Cruzamos por el funeral del Che y la visita de Juan Pablo II, pasando por el periodo especial y ya cercano el año 2000 por fin se me hizo conocer a Fidel Castro en una cena que ofreció en el Palacio de la Revolución, a un grupo de mexicanos que lo visitamos, ya saben, rodeados de la maleza que él mismo trajo de Sierra Maestra.

Su personalidad, ya lo saben, era seductora, y de una inteligencia abrumadora.

Por cierto hoy viajamos con Cámars digitales, tele´fonos celulares y la infaltable Go Pro.

Esta imagen me la tomó Aarón Sánchez en aquella inolvidable noche con el Comandante. En este cuadro, Fidel firma una de mis fotos, la misma que le había tomado 18 años antes en la Plaza de la Revolución un 26 de Julio.

Fidel es quizá uno de los mandatarios del mundo más fotografiados del planeta.

Ahora que se fue, se vale recordar, reflexionar e incluso criticar lo que cada quien considere. Pero un favor, sean serios. Criticar a este personaje por lo que no salió bien, es mezquino. Juzgarlo a partir de la mirada del siglo XXI es bullyng; por supuesto que cometió errores o descuidos, era un ser humano, no era infalible. Pero fue honesto y directo, algo que hoy los políticos nos quedan a deber.

Hoy casi el 90% de su población hasta los 60 años aproximadamente nació y creció bajo la influencia de Fidel Castro, se dice fácil pero no hay comparación alguna en todo el mundo. Y hoy sus calles están de luto y en silencio en muestra de respeto.

Cuba y su gente de alguna manera han quedado en la orfandad política. Ya veremos en que deriva este deceso.

Si sus peores críticos, son Vargas Llosa, Fox, Felipe Calderón o Trump entre otros, es sólo señal de lo grande que fue este personaje. La historia no sólo lo absolverá, a la larga le dará exactamente el lugar que merece, un hombre de su tiempo, que hizo de la terquedad una virtud, no sin cometer errores o dejar de lado aspectos que en su tiempo tampoco nadie consideraba; pero que hoy son políticamente correctos y ojalá pronto el pueblo cubano, a su ritmo y bajo su soberanía, logre establecer y así actualizar el reloj político y democrático de la Isla.

Y nunca olvidemos que de todos los millones de niños que hoy duermen en las calles de Latinoamérica, ninguno es cubano. Y eso nadie se lo puede regatear.

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