Cada vez son más las ciudades que están avanzando hacia una mayor eficiencia y optimización de recursos gracias al empleo de Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Pero, ¿qué significa IoT? Si bien no hay una única definición, los especialistas se refieren a ella como la conexión entre objetos físicos y sistemas informáticos, que por medio de sensores, software y otros dispositivos conforman una red capaz de producir grande volúmenes de datos. Así, desde GPS, escáneres o bluetooth, puede tenerse una conexión móvil, virtual e instantánea produciendo información que mejora la gestión urbana.

La tercera edición del concurso  identificó y seleccionó a iniciativas de gobiernos subnacionales que mejoran la vida de sus ciudadanos mediante la explotación y análisis de datos masivos. Entre los participantes, encontramos varias iniciativas empleando IoT, lo que demuestra que este tipo de tecnología ya se está usando en nuestra región

A continuación, te contamos innovaciones en tres áreas de gestión urbana que comenzaron a darse en distintas partes del mundo y que algunas ciudades están replicando.

  • MOVILIDAD Y GESTIÓN VEHICULAR. Las ciudades de la región han construido ciclovías y comienzan a implementar sistemas públicos de bicicletas. Así, ciudades como Rio de Janeiro han logrado conocer mejor la movilidad de los ciclistas y peatones, combinando la información obtenida del sistema BikeRio y de las cuentas de Twitter. De este modo, el municipio puede planificar y optimizar los recursos para la construcción de ciclovías, en función de la demanda de sus ciudadanos.

Por bluetooth, en Aarhus los móviles y auriculares de conductores
actualizan las señales dinámicas en las calles. Fuente: gentileza de Roger Wollstadt.

La congestión en “horas pico” es otro problema que aqueja, sobre todo, a las grandes urbes. Esto ha motivado a reemplazar los semáforos tradicionales por inteligentes que, mediante sensores, dan prioridad a los tramos de vehículos que llevan mayor retraso. En Aarhus (Dinamarca) se implementaron señales de tránsito que, guiadas por las conductas de los automovilistas, indican tiempos de demora y sugieren caminos más rápidos.

2.     EFICIENCIA ENERGÉTICA. Otro ejemplo es el alumbrado público inteligente. Las ciudades comenzaron a programar el encendido y apagado de luces y a ajustar los niveles de iluminación acorde a la demanda. Así, se reduce un promedio de 30% de la demanda energética total, aunque Oslo disminuyó su consumo en un 62% gracias a .

El alumbrado inteligente se adapta a la temporada o a las condiciones climáticas.
Fuente: gentileza de Norbert Reimer.

3.     GESTIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS. También los gobiernos han comenzado a monitorear la producción de basura. Mediante sensores y una cámara, en Shangai se estima el peso, volumen y tipo de residuos además de la temperatura y el nivel de líquidos al interior del contenedor. Además cuentan con alertas que detectan desechos potencialmente peligrosos – ladrillos y otros materiales de construcción – para las plantas de incineración.

Los circuitos de recolección se reprograman constantemente para
dirigirse sólo a los contenedores llenos. Fuente: gentileza de Kristina D. C. Hoeppner.

La eficiencia energética, la movilidad urbana o el manejo de residuos constituyen claros ejemplos de cómo IoT está permitiendo a los gobiernos mejorar la eficiencia energética, reducir la emisión de gases, ahorrar tiempo y costos, entre otras ventajas. Ahora que te contamos sobre cómo puede ser empleado big data en espacios urbanos, ¿quieres compartir alguna experiencia que sirva para mejorar las ciudades usando Internet de las cosas?

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