La decisión de los fiscales de buscar una orden de captura contra Lee Jae-yong, el heredero de Samsung Group, debido a sospechas de soborno, malversación de fondos y perjurio ligados a la presidenta de Corea del Sur, amenaza con descarrilar una de las compañías más grandes del mundo, justo cuando el líder empresarial intentaba trazar un nuevo rumbo para el conglomerado.

La medida, anunciada el lunes, es un golpe para el campeón corporativo del país, un grupo que incluye el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, representa casi un tercio del valor de la bolsa de Corea del Sur y es el mayor exportador del país.

El probable arresto de Lee podría hundir aún más a la Presidenta Park Geun-hye en el escándalo. La mandataria fue impugnada el mes pasado por acusaciones de que una amiga cercana, Choi Soon-sil, trató de extraer donaciones de los mayores conglomerados del país a cambio de favores políticos.

Los fiscales acusan a Lee de soborno y malversación de fondos relacionados con el pago de Samsung de unos 43 mil millones de wones coreanos (36.6 millones de dólares) a entidades supuestamente vinculadas con Choi a cambio de ayuda gubernamental para obtener la aprobación de la fusión de dos filiales de Samsung en 2015.

El arresto de Lee probablemente se producirá el miércoles, cuando un tribunal decida si aprueba la solicitud de los fiscales. Una vez detenido, los fiscales tienen hasta 20 días para presentar cargos. Un portavoz de la corte no quiso hacer comentarios sobre la sentencia que Lee podría enfrentar si es hallado culpable.

El juicio a un líder empresarial de la talla de Lee representa un reto importante para las grandes empresas familiares, conocidas como chaebol, que dominan la economía de Corea del Sur. Históricamente, los jefes de estos conglomerados han disfrutado de un trato indulgente por parte del sistema judicial, en parte debido a su influencia económica, un factor que los fiscales dijeron que sopesaron al decidir si buscarían la orden de captura. "Creemos que el soborno está vinculado con la Presidenta", dijo un portavoz de la fiscalía.

Samsung condenó la decisión judicial y dijo que "no realizó contribuciones para recibir favores". La compañía no quiso poner a disposición a Lee para que comentara. Park y Choi han negado haber cometido delito alguno.

Desde que en 2014 su padre fue incapacitado por un ataque al corazón, Lee ha sido el líder de facto de Samsung, cuyos intereses van desde seguros de vida y construcción residencial hasta medicamentos biológicos y parques temáticos. Samsung Electronics Co., la joya de la corona del conglomerado, tiene oficinas en 80 países y una fuerza laboral de más de 325 mil, aproximadamente igual a la de General Electric Co., y alrededor de 20 veces la de Facebook Inc.

Lee se ha concentrado en reducir el tamaño de Samsung con un ojo en sus principales fortalezas. Personalmente, firmó acuerdos de venta de partes del imperio en áreas como defensa y productos químicos. El ejecutivo incursionó en nuevas áreas como la biotecnología e ingresó a la industria automotriz en noviembre con la compra del proveedor de autopartes Harman International Industries Inc. Por 8 mil millones dólares.

Aunque Samsung Electronics disfruta de un auge de las ventas de componentes y pantallas, todavía está tratando de recuperarse de la descontinuación de su smartphone Galaxy Note 7 después de retirar del mercado en octubre 2,5 millones de teléfonos. Las líneas de batalla y los generadores de ganancias de la industria tecnológica están cambiando a medida que los consumidores alrededor del mundo reemplazan sus teléfonos inteligentes con menos frecuencia. Y una nueva lucha se está gestando sobre los ecosistemas digitales que conectan las viviendas de la gente a sus autos.

El posible arresto de Lee dejaría a Samsung ante un vacío de liderazgo que también podría poner en pausa los intentos de reorganizar el imperio empresarial. "Los chaebols coreanos no pueden funcionar sin su jefe", dice Park Yoon-shik, ex miembro de la junta directiva de Samsung CyT Corp., actual holding de facto de Samsung, y profesor de negocios internacionales en la Universidad George Washington. "Las empresas coreanas son organizaciones centradas en el jefe, y este determina casi todo".

Ejecutivos de Samsung han descrito el papel de Lee como el de una figura insigne y estratega. Tres copresidentes ejecutivos trabajan directamente como subalternos de Lee en Samsung Electronics y son los encargados de las operaciones cotidianas en las principales unidades de negocios. Lee delegó la mayor parte del manejo de la reciente crisis del Note 7 al jefe de la filial móvil.

"La empresa no se va a cerrar porque él vaya a la cárcel", señala Mark Newman, analista de Sanford C. Bernstein. "Solo significa que no tendrá un rey".

Aunque Lee se unió a Samsung Electronics en 1991, ocupó un asiento en la junta de la empresa recién en octubre, una medida que buscaba profundizar su participación directa. Antes de eso, el heredero controlaba la empresa a través de canales informales, reuniéndose regularmente con los principales ejecutivos y tomando decisiones estratégicas.

La posible sacudida en la cúpula de Samsung se produce cuando los teléfonos inteligentes empiezan a dejar de ser la gallina de los huevos de oro de la industria tecnológica. En 2012, los envíos globales de smartphones aumentaron 47% en un año, pero el crecimiento del año pasado fue inferior a 1%, según la firma de investigación IDC.

Los acontecimientos de esta semana también aumentan la presión sobre Park. El Tribunal Constitucional de Corea del Sur delibera sobre si retirarla del cargo después del voto a favor de un juicio político del mes pasado en la legislatura. Una vez que deje el cargo, perdería la inmunidad presidencial. Lee dijo a los legisladores el año pasado que se reunió en privado con Park por lo menos dos veces en el momento de la fusión de 2015, pero negó las acusaciones de soborno.

El lunes, los fiscales acusaron al presidente del Servicio Nacional de Pensiones de perjurio y abuso de autoridad, alegando que ordenó al fondo que votara a favor de la fusión propuesta. Una portavoz del NPS no quiso hacer comentarios.

Cargos

Los fiscales acusan a Lee de soborno y malversación de fondos relacionados con el pago de Samsung de unos 36.6 millones de dólares a entidades supuestamente vinculadas con Choi a cambio de ayuda gubernamental para obtener la aprobación de la fusión de dos filiales de Samsung en 2015.

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