Con la llegada del PRD como mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, se sufrió la inexperiencia y falta de capacitación de sus legisladores, hoy la historia parece repetirse.

En 1997 el Distrito Federal dio muestra del hartazgo y necesidad de cambio, así como de una madurez política muy superior al resto del país. Con Cuauhtémoc Cárdenas al frente, el PRD cobijado por muchas organizaciones sociales, pero sobre todo por la misma sociedad, le ganó al sistema político priista la capital de México.

Nadie esperaba ese resultado avasallador, ganaron todo. Muestra de ello es que, de la lista plurinominal a la ALDF, que iban encabezando los principales dirigentes del PRD, líderes como René Bejarano, se quedaron fuera. El PRD ganó la mayoría en la ALDF y sus diputados ganaron la rifa del tigre.

La falta de experiencia y capacidades, hicieron que esa legislatura fuera particularmente complicada, tener todo el poder en la ciudad y la responsabilidad de legislar por aquello que habían luchado tanto tiempo; pero sin contar con los diputados experimentados y con la formación académica necesaria para ello.

Los bajos perfiles hicieron brillar a unos cuantos diputados que sacaron la casta y dieron la cara por el resto, Martí Batres y Ana Luisa Cárdenas son ejemplo de ello; sin embargo, la falta de discurso, las propuestas inconsistentes e inviables, los Puntos de Acuerdo, Iniciativas y Dictámenes mal escritos, con faltas de ortografía, sin argumentos, mal fundamentados y mal presentados en tribuna, hicieron que entre los asesores y los diputados de oposición, se le conociera a la fracción parlamentaria del PRD como “las cebras”, y cuando se preguntaba el por qué de ello, la respuesta era, “porque son los burros que se rayaron”. Expresión muy fuerte y hasta discriminatoria, pero que expresaba de manera clara lo que estaba pasando.

Hoy la historia parece repetirse, ahora Morena ganó más de lo que pudo haber imaginado, nuevamente en el Congreso Local se hace evidente la falta de experiencia y capacidad de muchas diputadas y diputados; otra vez el apellido Batres sale a dar la cara por el resto de la fracción, Valentina Batres tiene la experiencia y perfil para incidir como lo está haciendo en el rumbo de la legislatura.

Ojalá la nómina de asesores que ampliaron, sea realmente utilizada para contratar especialistas que hagan más llevadera esta legislatura, que aporten y corrijan, que eviten que propuestas dañinas puedan subirse al pleno; pero lo que realmente vamos a encontrar en esa nómina, es a líderes territoriales contratados, con el único objetivo de mantener el control territorial en sus respectivas demarcaciones.

Algunos excelentes cuadros que prometían buenos resultados, como Alejandro Encinas, fueron reasignados por Claudia Sheinbaum y López Obrador a otras tareas en el Gobierno Local y Federal, donde también la falta de figuras que resuelvan, está haciendo agua en el barco. Pero esa es otra historia.

Lo que sigue en el Congreso local es la fragmentación de la fracción parlamentaria mayoritaria, no en la forma, sino en el fondo. La formación de grupos de diputadas y diputados con un mismo interés: trabajar fuertemente el territorio para la competencia interna por las candidaturas. El encontronazo será muy fuerte y las diputadas y diputados de la 4T en la CDMX necesitarán los mayores aliados posibles para salir avante.


Especialista en Ciencia Política y Gobierno

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