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Luis Felipe Álvarez León, de 32 años, llegó a Estados Unidos hace ocho años. Cuando se fue de México, a los 24, a estudiar una maestría en la Universidad de Los Ángeles, California, no había planeado quedarse tanto tiempo y menos que su esfuerzo llegaría a ser reconocido con el premio a la mejor tesis de doctoral de Geografía Económica otorgado anualmente por la Asociación Americana de Geógrafos.

Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dice a EL UNIVERSAL que extraña caminar por el centro de Coyoacán, por su colonia y conocer a sus vecinos.

En la Unión Americana, platica, las cosas son diferentes. Extraña “los ritmos de convivencia más relajados, donde uno puede salir a caminar, sobre todo en las plazas e ir a la tienda. Aquí hay muy poco de eso”.

Llegó a Estados Unidos en 2009 con una beca a la excelencia de la Fundación Fulbright García Robles para hacer su maestría en la universidad de la Unión Americana; terminó su doctorado en 2016. Actualmente está haciendo una estancia en la Universidad del Sur de California financiado por el Conacyt y por la USC.

Señala que es momento de demostrar “que los estudiantes mexicanos estamos al nivel y cuando se nos da la oportunidad demostramos excelencia”. Se ofrece para asesorar a jóvenes que quieran seguir la misma experiencia académica en Estados Unidos, sobre cómo postularse y buscar becas.

¿Qué significa para ti haber ganado el reconocimiento de la Sociedad Americana de Geógrafos?

—Me da mucho gusto obtener este reconocimiento. Es una muestra de que los estudiantes mexicanos, no sólo yo, estamos al nivel y cuando se nos dan las oportunidades podemos demostrar excelencia. Para que, ante los estereotipos negativos, se demuestre cómo lo hemos hecho en los deportes y en la ciencia, que cuando se abren esas puertas y estas oportunidades, salimos adelante.

¿Cuál fue tu propuesta?

—Una teoría de cómo los mercados digitales de información son afectados por factores geográficos. La mayoría tiene la concepción de que los programas o videos de YouTube o cualquier bien comercial digital que disfrutamos por nuestro teléfono o computadora no están afectados por factores geográficos. Quería encontrar la conexión de cómo las fronteras y los sistemas políticos de cada país se combinan para afectar el acceso a internet y cómo se ensamblan los mercados de información.

¿Cómo ha sido vivir en Estados Unidos en este contexto político tan convulsionado?

—Afortunadamente, no he sufrido prejuicios, pero sé que existen. He sido afortunado porque en Los Ángeles hay una comunidad muy grande, es una ciudad muy diversa, en otras partes de Estados Unidos la situación es mucho más difícil. Estoy consciente de que debemos trascender los estereotipos de que nosotros también podemos aportar nuevas ideas.

¿A qué te refieres?

—Proponer una nueva idea que no se tenga que aplicar a un solo lugar en particular, que no se pueda aplicar nada más en México porque soy mexicano, sino una teoría que cualquier persona pueda tomar y sea un avance en términos del conocimiento mismo. Quiero poder escribir de México porque es mi país, pero ir más allá, integrar conocimiento más allá de nuestras fronteras y abrir puentes.

¿Cómo decidiste estudiar fuera de México y cómo obtuviste la beca?

—Tuve un buen desempeño en la licenciatura y tomé varios cursos en la UCLA en la Ciudad de México. Cuando terminé la carrera armé mi proyecto para proponerlo y concursar para una beca y les interesó. Es atractivo por esta perspectiva interdisciplinaria y por defender un problema cada vez más importante que son las nuevas industrias y los factores que las moldean. Es una tesis que innova y creo que fue lo que llamó la atención.

¿Cómo ves la relación entre México y Estados Unidos?

—Las relaciones bilaterales van más allá de los gobiernos y, aunque a veces tendemos a reducir ciertos grupos o estereotipos, este país cada vez es más diverso y la gente acepta y le da la bienvenida a la influencia cada vez mayor de la cultura, población y la herencia del pueblo mexicano.

¿Tú crees que la relación vaya a sobrevivir esta situación?

—Hay que establecer lazos entre los dos pueblos. Existe indignación en México, pero también aquí: cada semana hay marchas y protestas, movimientos políticos que se están formando. Hay que recordar que de ambos lados de la frontera hay gente que tiene opiniones similares. Hay que encontrar esos puntos y continuar el diálogo. No debemos caer en la desesperanza.

¿Qué recomendación les das a los jóvenes que buscan iniciar una carrera en el extranjero?

—Que no se limiten y no piensen que no pueden hacer algo, si tienen alguna visión, aunque no esté definida, que lo hagan. Tengan un plan, vayan construyendo poco a poco, busquen en internet convocatorias para becas.

No tengan limitaciones, hagan un plan y no les dé pena contactar a alguien que les pueda ayudar, hacer conexiones con personas de distintos campos que los pueda ayudar a salir adelante, que con experiencia profesional o que ya haya pasado por ese camino los pueda orientar.

Es muy importante tener a ese tipo de gente a tu alrededor.

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