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El aborto era la única opción que médicos de Sonora le daban a Yessenia Quintero, de 34 años, luego de que en la semana 19 de gestación, a través de un ultrasonido, le detectaran espina bífida a su bebé; su caso era uno de los 250 mil que se presentan en México al año.

Una esperanza se sembró en la familia Montes Quintero cuando les afirmaron que en Querétaro existía un grupo de expertos en neurocirugía fetal, liderado por Rogelio Cruz Martínez y formado por ocho especialistas mexicanos y tres de origen chileno que podían corregir malformaciones durante el embarazo.

El 9 de diciembre se realizó por primera vez en el país una neurocirugía fetal para corregir la espina bífida en un feto de 26 semanas de gestación con un defecto de mielomeningocele. A tres meses de la hazaña médica, Iker Alonso Montes tiene buena salud, aunque debe seguir en rehabilitación.

En conferencia de prensa en el Campus Juriquilla de la UNAM, en Querétaro, Rogelio Cruz Martínez, investigador clínico del Instituto de Neurobiología, explicó que la espina bífida es un defecto embrionario en el cierre del tubo neural que ocasiona que el tejido nervioso de la espina dorsal quede expuesto en la columna vertebral provocando una enfermedad que provoca discapacidad motora, hidrocefalia, daño neurológico, incontinencia urinaria y fecal, y en la mayoría de los casos invalidez motora de ambas piernas. Detalló que en el país ésta es una situación frecuente porque afecta a uno de cada mil embarazos, lo que significa que todos los días nacen niños con este problema. Por ello resaltó la importancia de reconocer al feto como un paciente.

El experto mencionó que en 2011 en EU se descubrió que si se corregía de manera intrauterina el defecto en vida fetal mejoraba el pronóstico de estos bebés, porque disminuía la probabilidad de que tuvieran hidrocefalia además de mejorar el desarrollo neurológico cognitivo y motor.

Cruz Martínez mencionó que un año después, en colaboración con la Secretaría de Salud de Querétaro, la UNAM Campus Juriquilla, el grupo de especialistas de la Fundación Medicina Fetal México, que él encabeza, inició el proyecto nacional de Cirugía Fetal, entonces se realizaron las primeras intervenciones quirúrgicas en fetos a nivel nacional en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro para mejorar el pronóstico en problemas fetales incompatibles con la vida a nivel cardiaco, urinario y pulmonar.

La neurocirugía fetal que le realizaron a Yessenia Quintero duró aproximadamente dos horas, y el reto fue que el bebé se mantuviera en el útero de su madre. Después de la intervención se realizó un seguimiento semanal en la Unidad de Investigación en Medicina de Querétaro y se realizó resonancia magnética fetal en la Unidad de Resonancia Magnética del Instituto de Neurobiología de la UNAM Campus Juriquilla, para verificar la desaparición del mielomeningocele, de la hidrocefalia y asegurar que ambas piernas tuvieran movimientos motores.

La segunda operación se practicó en Marcela Velázquez, de 27 años de edad y quien radica en Querétaro. Así el 21 y 27 de febrero de este año, 11 y 12 semanas después de las intervenciones en los fetos, se presentó el nacimiento de los primeros dos casos. Ambos bebés nacieron por vía cesárea, con un peso neonatal de 2000 y 2 mil 800 gramos sin ninguna complicación.

Al nacer, los bebés tenían una cicatrización perfecta en la zona lumbar en donde se corrigió quirúrgicamente el defecto y los dos podían mover ambas piernas. Dos días después de nacidos fueron dados de alta.

Rogelio Cruz Martínez precisó que estas operaciones se mantienen gratuitas y que de llevarse a cabo en un hospital privado tendrían un costo aproximado de medio millón de pesos a lo que sumarían las terapias de rehabilitación y las estancias de los recién nacidos en las clínicas.

Los bebés Iker Montes Quintero e Ian Gael Sánchez fueron inscritos al programa de neurorehabilitación neonatal diseñado por Thalía Harmony Baillet, directora de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, del Instituto de Neurobiología de la UNAM, en donde se les realizan pruebas especializadas para valorar el desarrollo neurológico, cognitivo, visual, auditivo y motor. La última neurocirugía fetal se realizó en Ana Harumi Hayashida, quien está por dar a luz a su primera hija, a la que nombrará Hanna.

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