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Ante la adversidad, las personas con discapacidad tienen que luchar y demostrar a la sociedad que con esfuerzo y constancia sus sueños y metas se pueden hacer realidad, “porque sí se puede”, consideraron especialistas.

Durante un foro de inclusión realizado en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Ciudad de México, jóvenes con discapacidad detallaron los retos que han tenido que enfrentar y las metas que han conseguido gracias a su esfuerzo, apoyo familiar e institucional.

Isabela Springmül, joven diseñadora de moda originaria de Guatemala, dijo que sufrió rechazo académico cuando intentó ingresar a la universidad, ya que autoridades escolares consideraron que no podría con las tareas académicas por tener Síndrome de Down.

“Yo quería entrar a la universidad, pero las instituciones me rechazaron, me negaron la entrada por mi condición. No me rendí y logré mis sueños. Entré a la academia de corte y confección y ahora tengo mi propia marca de ropa, Down To Xjabelle”, dijo.

Andrea Cuevas, joven con parálisis cerebral y sicóloga con especialidad en atención a personas con discapacidad, aseguró que uno de los motivos que la impulsaron a concluir la universidad fue saber que los maestros apostaron para adivinar en qué semestre abandonaría la carrera.

“Cuando iba en sexto semestre estaba haciendo un trabajo y pensaba que no podía. Una compañera pensó que me saldría de la universidad y me dijo que unos profesores estaban apostando para ver cuándo me saldría de la universidad. A ese hecho le di la vuelta y dije: ‘Muchas gracias, si yo me propongo las cosas lo lograré’”, comentó.

Ahora como asesora de grupos de personas con discapacidad, Cuevas Salazar recomienda evitar etiquetas, ya que dificultan la integración de este sector: “Somos humanos y como tal queremos ser tratados”, señaló.

María Bárbara Wetzel Aguilar, campeona mundial de Gimnasia Artística Femenil con Síndrome de Down, quien actualmente cursa el primer año de secundaria, aseguró que practica seis horas de gimnasia artística diarias en su natal Coatzacoalcos, Veracruz.

“A mi me encanta sobre todo la clase de biología y matemáticas”, explicó y se dijo muy contenta de participar en su primera conferencia.

Carlos Enrique de Saro aseguró que tener Síndrome de Down nunca fue un impedimento para desarrollarse en la academia y en la vida diaria, puesto que siempre contó con todo el apoyo de su familia, pilar fundamental para mantener su autoestima: “Todos los días mi mamá me decía: ‘Eres mi campeón’”.

Doris González Rohede, directora del Departamento de éxito estudiantil y bienestar integral del ITESM, afirmó que adentrarse en la academia en temas de inclusión abre la puerta a generar espacios formativos e incluyentes.

“Sin importar el tipo de discapacidad de los alumnos, los involucrados en el quehacer educativo tenemos el compromiso de orientarlo hacia el logro de sus aprendizaje, desarrollando y propiciando los medios correspondientes para alcanzarlo, sin perder de vista cada uno de los apoyos específicos: modificaciones, ajustes o adaptaciones que serán necesarias para que garanticen la igualdad y condiciones de todos”, dijo.

Destacó que las investigaciones enfatizan que los entornos académicos incluyentes favorecen la autoeficacia y la percepción de los alumnos con discapacidad.

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