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Los análisis realizados a 64 muestras óseas y de cabello, tomadas de lugares relacionados con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, no arrojaron hasta el momento “identificación de perfiles genéticos”, reveló la Procuraduría General de la República (PGR).

Este resultado se hizo público luego de dar a conocer a los representantes de los padres el contenido del informe que entregó el martes pasado el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck (IMG), de Austria.

El sobre lacrado con el contenido de los resultados de los estudios que se realizaron entre tres y seis meses, se abrió ayer en una reunión en la que estuvieron los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez —en representación de los padres de los normalistas desaparecidos—, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y autoridades de la PGR.

Los expertos analizaron 53 muestras de ropa y cabellos adheridos a las prendas que se encontraron en los autobuses en los que viajaban los normalistas, que fueron enviadas al IMG en septiembre de 2015.

Se sometieron a análisis otras nueve muestras óseas y cabellos, provenientes del basurero del municipio de Cocula y dos muestras óseas más obtenidas de la bolsa del Río San Juan, remitidas para su análisis en diciembre del mismo año.

La conclusión: “No fue posible obtener, hasta el momento, identificación de perfiles genéticos en la totalidad de las muestras de los restos óseos, por las técnicas tradicionales de ADN STR Nuclear, ni ADN Mitocondrial”.

Por ello, los especialistas de Innsbruck “están aplicando a estas muestras la técnica de Secuenciación Masiva Paralela, cuyos resultados serán recibidos posteriormente”.

Respecto a las muestras de cabello, no todas era de origen humano, y a éstas se les aplicó la técnica de ADN Mitocondrial, “por estar cortados y no tener bulbo, obteniéndose una misma secuencia, la cual no correspondió con ninguna de las secuencias de las familias. Esta muestra fue recolectada en una zona de la retícula principal en donde no hay restos óseos [cuadrícula E12] del basurero de Cocula, en el interior de un recipiente de metal mezclado con restos de basura”.

Durante varias horas Carlos Beristain y Claudia Paz, integrantes del GIEI, y Mario Patrón, del Centro Prodh, estuvieron reunidos con el subprocurador de Derechos Humanos, Eber Betanzos, quien abrió el sobre con los resultados de las pruebas.

El 1 de septiembre de 2015 la PGR entregó a Innsbruck 53 muestras, entre ellas prendas y objetos relacionados con los hechos ocurridos los días 26 y 27 de septiembre de 2014.

Las muestras fueron revisadas y clasificadas por peritos de la PGR y del EAAF, para ser enviadas al Instituto de Medicina Legal de la Universidad austriaca, a fin de que realizara un análisis de ADN nuclear que permitiera identificar los perfiles genéticos, con avanzadas técnicas que hacen a esa institución de las pocas reconocidas para efectuar estos estudios.

De 63 mil muestras se hizo una minuciosa selección para descartar las que no eran útiles para enviarse a
Innsbruck; de ahí seleccionaron 53 para su análisis. En diciembre pasado se mandaron otras 11 evidencias restantes, cuyo análisis ayer se reveló.

Primer intento. Previo a estos estudios, el 20 de enero de 2015 la PGR dio a conocer que había recibido el informe del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck, de resultados de los análisis científicos aplicados a 16 restos hallados en el Río San Juan, del municipio de Cocula.

El informe concluyó que, tras la aplicación de una técnica de cuantificación muy sensible para evaluar la cantidad de ADN mitocondrial, no se encontró cantidad útil de ADN que permitiera obtener un perfil genético bajo esta técnica.

Los expertos de Innsbruck ofrecieron aplicar otra técnica más innovadora sin costo adicional, pero advirtieron que “el principal riesgo es que los extractos de ADN sean consumidos sin obtener ningún resultado adicional que ayudaría en el proceso de identificación”.

La técnica de Secuenciación Paralela Masiva (MPS) fue la última oportunidad que se tuvo con esos 16 fragmentos para saber si los restos encontrados correspondían con el ADN de los familiares de los normalistas, puesto que en la técnica se emplean distintos químicos que disuelven prácticamente la evidencia.

Hasta el momento el único que ha sido identificado plenamente es Alexander Mora Venancio y con Jhosivani Guerrero se obtuvieron “indicios altos” de probabilidad.

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