Defensoras de derechos sexuales y reproductivos acusaron que desarrollan su labor bajo contextos que calificaron como “adversos”, en los que son víctimas de ataques de grupos fundamentalistas religiosos, provocando que su labor sea estigmatizada y criminalizada, por lo que piden el reconocimiento de su trabajo, así como protección ante agresiones.

De acuerdo con el nuevo informe de Amnistía Internacional ¡Defensoras bajo ataque!, en toda América decenas de mujeres que promueven el aborto sin riesgos y la educación sexual, así como el acceso a métodos anticonceptivos, son víctimas de amenazas y campañas de difamación que tienen por objeto impedir todo debate sobre estos temas.

“Atreverse a hablar del aborto y la educación sexual en Latinoamérica parece ser razón suficiente para que te tachen de delincuente, asesina e incluso terrorista. Si los gobiernos no asumen su responsabilidad de proteger a estas valientes defensoras de los derechos humanos y respetar su trabajo, tal situación seguirá empeorando peligrosamente”, expresó Érika Guevara Rosas, directora del programa de Amnistía Internacional para América.

En el caso de México, Guevara Rosas indicó que, si bien ha habido avances “significativos” en materia de derechos sexuales y reproductivos, el contexto en el que se desarrolla el ejercicio de estos derechos aún representa un gran desafío, puesto que prevalecen situaciones como un elevado índice en la violencia institucional hacia las mujeres, ya que no pueden acceder a servicios integrales de salud sexual y reproductiva, situación que se agrava en las zonas rurales.

En ese contexto, las defensoras de los derechos sexuales y reproductivos, particularmente mujeres, enfrentan un ambiente adverso donde los fundamentalismos religiosos las estigmatizan, y en algunos casos también se les criminaliza, reciben ataques y son blanco de campañas de desprestigio mediático.

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