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Bruselas.— En el arranque de su gira por Europa, la prioridad de Andrés Manuel López Obrador no fueron los líderes de la izquierda europea, ni miembros de bases de Morena, sino el papa Francisco.

Después de 10 años de posicionar su candidatura presidencial en México, el tabasqueño cambió su estrategia. Ahora busca posicionar a su movimiento en el extranjero ante personajes y líderes internacionales, comenzando ayer en el Vaticano con el papa Francisco, a quien entregó —en audiencia pública— una carta en la que le expone que, a través de Morena, trabajan para transformar al país y eliminar la corrupción.

El encuentro de la audiencia general de los miércoles se caracterizó por la entrega de una medalla de Fray Bartolomé de las Casas.

Según sus colaboradores, la visita tuvo fines políticos y no religiosos, pues trató de explicar —en la misiva— las acciones que realiza Morena para un cambio de régimen.

“Este cambio de régimen lo estamos impulsando por la vía pacífica y electoral, convenciendo, incluso, a los adinerados de no dar la espalda a los que sufren, bajo la premisa de que sólo siendo buenos podemos ser felices, y que por el bien de todos primero los pobres”, dice la carta fechada en Roma y signada por López Obrador.

“El presidente del Consejo de Morena expresa su más profunda admiración al liderazgo de Bergoglio, no sólo como representante de la Iglesia católica, sino como un Papa misionero, de verdad cristiano”, escribió.

López Obrador, quien compartió fotos en redes sociales del momento en que entregó la medalla y estrechó la mano del Papa, también le habló de su su campaña para transformar al país por la vía pacífica y electoral.

En 2006, en entrevista televisiva con Joaquín López Dóriga, López Obrador dijo: “Soy católico, fundamentalmente cristiano porque me apasiona, me gusta la vida y la obra de Jesús, quien fue perseguido, espiado por los poderosos de su época y lo crucificaron”.

Su próximo destino: París... y Estados Unidos. El líder de Morena estará en la capital francesa el próximo viernes. La Casa de América Latina de París informa que López Obrador impartirá la conferencia La Lucha por el Renacimiento de México.

La visita a Francia forma parte de la gira para dar a conocer en Europa el proyecto político y económico de Morena, según el colectivo francés asociado a esa fuerza política.

De acuerdo con asesores y dirigentes del partido político consultados por EL UNIVERSAL, el viaje del 13 al 17 de octubre fue costeado con las cuotas que recibe el partido de sus agremiados.

López Obrador viaja con su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y su particular César Yáñez; Juan Carlos Loera de la Rosa, secretario de Mexicanos en el Extranjero de la dirigencia nacional de Morena, los espera en París.

Como parte de la estrategia, el ex perredista prevé viajar a inicios de noviembre a Estados Unidos, donde participará en asambleas de mexicanos en el exterior en Texas, según detalló el asesor de Morena y ex diputado federal, José Jácques y Medina.

Cambia estrategia. En mayo de 2006, en San Juan Teotihuacán, López Obrador dijo en su primera campaña que de llegar a la Presidencia de la República reduciría de manera importante los viajes al extranjero, porque dijo que los asuntos no se resuelven con visitas protocolarias, pues “para eso sirven los teléfonos”.

Consultado al respecto, Martí Batres, presidente de Morena, aceptó que la gira al extranjero es parte de su estrategia para “decir que no todo mundo es corrupto” y dar a conocer las acciones de Morena en contra de la corrupción, pero omitió dar el costo total del viaje.

Para analistas como Enrique Berruga, es un cambio en la estrategia porque “revalora al darse cuenta que sí es necesario entrar en el marcador mundial y que es tan importante la política internacional como la local”.

Es más razonable, dijo, que se acerque al papa Francisco porque es más cercano a la problemática que se vive en Latinoamérica.

El historiador Jean Meyer dijo que el ex candidato presidencial emplea un truco: Buscar legitimidad acercándose al carismático que da legitimidad, lo que es obviamente el caso del Papa.

Con información de Misael Zavala, Carina García y Jorge Ramos

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