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El sistema educativo nacional está preparado para recibir a todos los niños, adolescentes y jóvenes que regresen de Estados Unidos, para ello se presentará ante los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) el mecanismo para agilizar “que los trámites burocráticos no sean una barrera”.

Emiliano González Blanco, director general de Acreditación, Incorporación y Revalidación de la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), explicó que la iniciativa preferente que envió el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión pretende reducir los trámites de manera que un proceso que podría tomar semanas en el caso de educación básica se resuelva a más tardar en 15 días y ninguna escuela del país dificulte el acceso de los niños.

Resaltó que la SEP llega a recibir hasta 50 mil solicitudes de revalidaciones de estudios en todos los niveles, cantidad que es muy inferior al número real, puesto que en los estados se puede llevar a cabo este trámite, al igual que en las instituciones de nivel superior.

En las universidades públicas el ingreso es más complejo, puesto que todos los estudiantes requieren hacer un examen; sin embargo, para los que lleguen de Estados Unidos se facilitará la revalidación, ahí todo dependerá de la disponibilidad de lugares.

Si se brindaba educación sin importar la falta de documentos o el estatus migratorio en educación básica, ¿por qué la necesidad de cambiar la ley?

—Se permitía el ingreso en educación básica, pero en el presente lo hacemos explícito y creamos una política transversal para que también sea así en el nivel medio superior y superior, con los mismos criterios y líneas de acción. En la enseñanza básica es muy sencillo: hay tablas de correspondencia entre los grados académicos de Estados Unidos y de México.

En educación superior es más complejo. Cada programa de estudios tiene sus propias características, así como los sistemas.

¿Cuántas solicitudes de revalidación de estudios reciben?

—Varía mucho, porque los estados pueden dar revalidaciones de los tres tipos educativos. Las universidades autónomas pueden hacerlo, por eso la información no está concentrada. Nosotros hemos manejado desde 20 mil, en algunos años, hasta 50 mil.

Esta cantidad no dimensiona el problema, porque no es un indicativo a nivel nacional, sino que sólo es una de las ventanillas.

Actualmente, ¿cuánto dura el proceso para revalidar?

—Depende mucho de factores externos, por ejemplo, el nivel educativo y los documentos con los que cuenta la persona. El proceso puede ser desde unas semanas hasta meses.

Queremos que los alumnos ingresen automáticamente a los servicios educativos sin tener que esperarse y agilizar el proceso a 15 días para dar las revalidaciones.

El objetivo es que el niño pueda ir a la escuela el día que regresó a México e iniciar clases al día siguiente, y luego gestionar la revalidación a través de la institución educativa del país.

Para educación superior, ¿es mucho más complejo?

—Tardan más los procesos; sin embargo, les estamos permitiendo a las instituciones que reciban los papeles, calculen a dónde pertenecen y les permitan el ingreso, cuando hagan la revalidación de los estudios dirán exactamente a qué área corresponden.

La innovación es que será la misma institución la que va a hacer esa evaluación, lo que va a ser mucho más fácil y adecuado.

En la práctica, ¿cómo funciona?

—Los migrantes llevan a sus hijos a la primaria, secundaria y preparatoria con sus papeles. Inmediatamente deberán permitirles ingresar, aunque estuvieran a mitad del ciclo escolar.

Si hay un concurso para ingresar a una institución de educación superior, se tendrá que hacer. Lo que estamos garantizando es que los trámites burocráticos no sean una barrera, no la parte académica, porque en ese caso se les estaría dando ventaja a los que vienen de fuera.

Estamos haciendo una política integral con más o menos los mismos criterios para todos los tipos de enseñanza: se clarifican algunas políticas que existían para educación básica y media superior. Ahora lo estamos haciendo para el nivel superior, no se necesita la traducción por perito [de los documentos]. Se busca que en la enseñanza media superior y superior se pueda ingresar con una carta bajo protesta de decir verdad. Tenemos una obligación constitucional de dar educación y no los podemos dejar fuera por la falta de un documento.

El sistema actual pide CURP de manera obligatoria.

—Algunos sistemas de control escolar lo piden como un requisito indispensable, estamos modificándolos.

Lo que debería hacerse es ingresar al niño, le digo al padre cómo gestionar la CURP y luego meto el documento al expediente. Eso es lo que tendría que pasar.

¿A partir de cuándo serán operativos estos cambios?

—Estamos emitiendo una circular interna a las autoridades educativas locales para indicar los procedimientos para el ingreso de los estudiantes.

Estamos haciendo una reforma al acuerdo secretarial 286, en una o dos semanas máximo.

Los tiempos del Legislativo son otros, pero las modificaciones a la ley buscan consolidar estos cambios y garantizar que los documentos no se pedirán bajo ninguna circunstancia.

¿Cómo va a llegar a todas las escuelas del país?

—Estamos capacitando a las autoridades estatales, de las cuales depende la educación básica, para que ellos difundan por distrito y después a cada escuela.

El objetivo es llevarlo a la Conago y al Conaedu para que los gobernadores garanticen que esta información va a bajar a cada una de las escuelas.

Es difícil, toma tiempo y es en donde se han atorado las cosas; sin embargo, vamos avanzando.

A partir de la orden ejecutiva que emitió el presidente republicano Donald Trump el 25 de enero sobre control migratorio, ¿están esperando que se incremente la cantidad de solicitudes de revalidación?

—No tenemos una expectativa, dependerá de las medidas específicas que se tomen. No están definidas las afectaciones a la población mexicana.

Para nosotros lo importante es tener los instrumentos para recibirlos: a uno, a 100 o a mil. Estamos generando los instrumentos para recibirlos sin problemas. Es una población valiente y talentosa, quienes lleguen van a enriquecer a las instituciones a las que ingresen. Los vamos a recibir con entusiasmo, sean los que sean.

Pero no hay espacio para todos. En educación superior la cobertura es menor a 40% y en media superior no llega a 80%.

—Es el número de personas que están estudiando. Otra cosa es la capacidad instalada de las instituciones, hay capacidad para recibirlos, no en todas las instituciones, pero entonces tendrán que buscar una que sí tenga disponibilidad. Habrá disponibilidad para recibirlos a todos. Creemos que cuando menos en educación media superior habrá cupo.

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