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En el contexto político actual, es necesario que México asigne al menos el 1% de su PIB en las Fuerzas Armadas e invertir en la modernización de equipamiento, para no depender del “paraguas” de seguridad y defensa que nos ofrecía Estados Unidos, alertó Íñigo Guevara, experto y asesor privado de seguridad nacional.

El Ejército y la Armada de México tienen un déficit de soldados y marinos de 33%, defensa aérea casi inexistente, pero también es uno de los países con menor inversión, que se refleja en el atraso de 30 años en materiales de guerra, una artillería de 60 años y la frontera norte casi descubierta, explicó en el foro “¿Cuáles son las misiones de las Fuerzas Armadas?” en el Colegio de México.

“La defensa exterior de México se ha olvidado durante varias décadas, precisamente porque no hay una amenaza directa sobre el territorio nacional, por lo tanto, durante décadas, eso pasó a un segundo plano. El cambio en las circunstancias globales nos podría llevar a un reacomodo de estas prioridades.

“Tenemos un escuadrón de aviones supersónicos, tres o cuatro, y su sustitución urge, no porque vayamos a tener una guerra, sino porque es necesario mantener las capacidades mínimas, un núcleo mínimo de capacidad de respuesta convencional, de otra manera, entregamos por completo nuestra soberanía a nuestros vecinos del norte, que ofrecen, u ofrecían, su paraguas de seguridad y de defensa”, destacó Íñigo Guevara, quien trabaja para la compañía inglesa IHS Jane’s, donde asesora a gobiernos y compañías sobre cómo mejorar el sector defensa.

Raúl Benítez Manaut, académico de la UNAM, investigador de temas de seguridad, coincidió que México no tiene enemigos militares en la frontera y el despliegue militar y de la Fuerza Aérea va hacia el sur, no al norte, pero ahora no se sabe qué va a pasar con la armonía en defensa que había con Estados Unidos.

México asignó el 0.45% de su PIB, uno de los más bajos en América Latina donde el promedio es de 1.1%, la región que menos gasta en este rubro, sin embargo, el estándar recomendable por la OTAN es de 2%.

“Uno de los problemas más importantes que enfrenta el gasto en seguridad nacional es que el 90.64% se propone destinar para gasto corriente, necesario para cubrir los rubros de servicios personales (sueldos, prestaciones de seguridad social)… y únicamente el 9.36% esta propuesto para el gasto de inversión”, describe El Proyecto del Presupuesto Público Federal para la Función Seguridad Nacional 2016-2017, presentado por la dirección de servicios de investigación de la Cámara de Diputados.

Desde la administración pasada, cuando el secretario de la Defensa Nacional era Guillermo Galván, el Programa Sectorial de la Defensa Nacional 2007-2012, destacó la importancia de desarrollar integralmente recursos humanos y modernizar o adquirir los recursos materiales y tecnológicos, que permitan una elevada eficacia operativa en todos los ámbitos.

En la versión 2013-2016, del General Salvador Cienfuegos, el Ejército reiteró la necesidad de aumentar el presupuesto para cumplir con las tareas de seguridad interior y seguridad nacional.

En 2007, el Presupuesto de Egresos de la Federación destinó para la Defensa 32 mil 200 millones. Desde entonces, había aumentado cada año, hasta 2016, cuando alcanzó la cifra récord de 72 mil 250 millones, pero en 2017 se aprobaron 69 mil 407 millones, lo que significa una reducción de 3.9%.

En tanto, para la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), en 2007 se destinaron 10 mil 951 millones y en 2016 alcanzó la cifra récord de 27 mil 401 millones; sin embargo, en 2017 se redujo a 26 mil 336 millones, una reducción de 3.8%.

Guevara aclaró la tarde de este jueves que no ve a Estados Unidos como adversario, sino como vecino, pero consideró que es el momento de modernizar los materiales de guerra convencionales porque la última actualización de aviones de combate, aviones de guerra y blindados, fue a principios de los años 80 y urge una modernización porque todos estos sistemas de armas son una o dos generaciones más avanzadas.

“En Ejército de tierra tenemos una fuerza armada bien entrenada, capacitada sobre todo en operaciones de seguridad, una fuerza de Infantería significativa y una capacidad casi inexistente de defensa aérea.

“Nuestra artillería, tiene en promedio entre 60 y 70 años, son obuses muy buenos que sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial, en la Guerra de Corea, se han modernizado, hay un grupo de obuseros italianos que se adquirieron en los años 80, pero es artillería ligera, al igual que la fuerza de blindados, tenemos un tutti frutti de blindados adquiridos de una gran cantidad de fuentes, tanto nuevos como usados, les cambiamos los motores, etcétera, nuestro Ejército ha hecho maravillas con sus talleres que son, francamente, muy diestros en poder mantener la mayoría de estas piezas de museo operando”, de acuerdo con el análisis realizado por la compañía IHS, especialista en seguridad aeroespacial y seguridad.

Las Fuerzas Armadas mexicanas destacan a nivel internacional por la misión de ayuda en casos de desastre, pero hay actividades no constitucionales que no deberían realizar como la impartición de salud, mientras más subdesarrollado es el país, hay más participación del Ejército en esta actividad.

“Hay misiones que sin ser constitucionales son positivas, para la Nación, el Estado o la población, entonces es difícil cuestionarlas aunque no deberían de ser, por ejemplo, salud, y el extremo máximo en el Gobierno actual, la campaña contra el hambre, ¿qué tiene que hacer el trabajo, la Sedena y la Marina, a la Sedesol?”, cuestionó Benítez Manaut.

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