justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

Aunque en el país se ha incrementado la demanda de vivienda, son escasas las posibilidades de acceso a ella para la mayoría de la población, indica un análisis realizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM.

De acuerdo con el estudios, la vivienda de interés social es percibida como pequeña, cara, de mala calidad y muy lejana de los centros de trabajo.

A pesar de los esfuerzos del gobierno federal por incrementar el acceso a ese derecho, éste permanece como un desafío. Por un lado, la urbanización y el crecimiento de la población han incrementado la demanda, pero la crisis económica y financiera, así como las condiciones precarias del empleo han impedido que la mayoría de la población pueda comprar un inmueble propio, dijo la directora de este programa Alicia Ziccardi.

“Las políticas de los últimos años han estimulado la producción masiva de vivienda social que, si bien han logrado abatir el déficit cuantitativo, no ha mejorado las condiciones de habitabilidad de grandes sectores y ha provocado la expansión de las periferias urbanas”, expuso.

Aunque creció la disponibilidad de casas y mejoraron sus características, así como el acceso a los servicios públicos, la oferta no responde a las posibilidades sociales y económicas de los mexicanos.

Según la Encuesta Nacional sobre las Condiciones de Habitabilidad de la Vivienda que presentó la UNAM en 2015, para los mexicanos la mayoría de las casas que construye el gobierno son muy pequeñas, caras, de mala calidad, lejanas y con servicios deficientes.

Como resultado, miles de casas son abandonadas por sus propietarios, quienes dejaron de pagarlas, lo que incrementó la cartera vencida de bancos, instituciones hipotecarias e instituciones públicas que otorgan créditos: “Esta situación pone en evidencia la debilidad de las políticas de desarrollo urbano de los tres órdenes de gobierno para atender las demandas de los nuevos pobladores”.

Google News

Noticias según tus intereses