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Era un potrillo en las cuadras del PAN en Sonora. Saltaba las trancas de cualquier control político y el día que pasó Manuel Espino Barrientos para rescatar al partido de la atonía, Guillermo Padrés Elías empezó a caminar hacia su destino: uno muy previsible, el de los virreyes, los gobernadores sin amarras que empezaron a mandar cuando el PRI fue echado del Poder Ejecutivo por Vicente Fox Quesada.

Padrés Elías corrió y ganó carreras para diputado local y federal. En el escaño del Senado por Sonora saltó a la contienda por la gubernatura, que hizo suya sobre las cenizas de la Guardería ABC, tragedia que le facilitó aplastar al PRI y a su primo Alfonso Elías Serrano.

Desplazó al PRI en el estado natal del fundador del priísmo, Plutarco Elías Calles, de quien figura en una de las ramas del árbol del parentesco. Pero este hijo de familia empresarial creció en un ámbito distinto al del Revolucionario Institucional.

Es panista original y militante en una generación distante de fundadores que daban todo por una causa de la que nunca obtuvieron nada. De pronto resultó que el gobernador Padrés estaba rodeado por familiares que dejaban rastros de su influencia, por ejemplo, en licitaciones.

Correr en las llanuras del poder sonorense generó repudios de los yaquis contra Guillermo Padrés Elías, por la construcción del acueducto que lleva agua de la presa Plutarco Elías Calles a Hermosillo, la sedienta capital del estado. Y repitió su estilo de no conciliar posiciones con la tribu con las obras de un gasoducto.

Firme, inamovible, Padrés impuso su voluntad en los conflictos, y los avivó, como aquel Movimiento No Más Impuestos, de miles de sonorenses que se hicieron llamar Los Malnacidos, con quienes puso en juego su capacidad de anticipación.

Tras diversas protestas espectaculares, Los Malnacidos organizaron una “megamentada de madre” para Padrés Elías en la ceremonia de Grito del 15 de septiembre de 2013, en la que el gobernante apareció en el balcón del palacio de gobierno a las 23 horas en punto.

Pero Padrés Elías blindó la plaza pública y lanzó la arenga; una hora antes, en medio de aplausos que fueron cortinilla del fraternal saludo. Ante esa burla, los opositores abrieron un hashtag de antología: #GuillermoPadresChingaTuMadre, que fue tendencia líder en Twitter esa noche de domingo y el día siguiente.

Parte del historial del gobernador es su acusación de robo contra una empleada doméstica, quien había estado a su servicio durante nueve años. Fue sometida por personal de seguridad, quienes la torturaron y mantuvieron incomunicada durante días para que confesara.

La Comisión de los Derechos Humanos del Estado documentó los delitos cometidos contra la víctima, Gisela Peraza Villa, sin que hubiera habido reparación del daño o persecución de las violaciones a la ley cometidas, en principio, por la esposa de Padrés Elías, Iveth Dagnino.

Veinte años después, el potrillo está tras las rejas por acusaciones que apuntan a corrupción, despojado del poder y su capa de impunidad.

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