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“Dice el jefe que le paren o los vamos a fregar”. Es el mensaje que reciben por parte del crimen organizado, en persona o por medio de mensajes de texto, los integrantes de Los Otros Desaparecidos de Iguala, para que no continúen con la búsqueda de sus familiares.

Mario Vergara, integrante del movimiento, declaró en entrevista con EL UNIVERSAL que son amenazados por el crimen organizado que opera en la zona y que las autoridades no han cumplido con brindarles protección como lo indican las medidas cautelares de la ONU.

“Nos amenazaron, dicen que le paremos, que no sigamos buscando a nuestros familiares. Ninguna amenaza, aunque nos cueste la vida o la libertad, nos va a detener en la búsqueda de los nuestros. El pico y la pala son nuestra tecnología para buscar fosas, y todos los cuerpos que se han encontrado ha sido por nosotros”, dijo.

A partir de la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos por la organización criminal Guerreros Unidos entre el 26 y 27 de septiembre de 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) ha localizado en Iguala al menos 80 fosas clandestinas.

La batalla entre las organizaciones criminales Guerreros Unidos y Los Rojos ha dejado a cientos de desaparecidos en ese municipio, de acuerdo con las investigaciones de la dependencia federal.

Peritos de la PGR, en coordinación con la Policía Federal y la sociedad civil organizada, lograron ubicar las 80 fosas de donde fueron exhumados por lo menos 142 cuerpos en alrededor de año y medio.

“Cada ocho días nos mandan tres elementos federales para realizar nuestras búsquedas, el lugar sigue igual de violento y con tres policías un día nos van a matar a todos. El gobierno no cumple con el acuerdo de brindarnos seguridad, además nosotros hacemos el trabajo de las autoridades y cuando les informamos de una fosa no aplican los protocolos correspondientes y dejan al olvido las evidencias”, sostuvo Mario Vergara.

De acuerdo con información de la PGR, de los cuerpos que han encontrado 92 corresponden a varones y 20 a mujeres; el resto no han podido ser identificados hasta el momento.

El grupo al que pertenece Mario Vergara permitió ubicar en 2015 a 39 víctimas en fosas clandestinas de La Parota y Pueblo Viejo, que recibieron el tiro de gracia, fueron quemados, degollados o asfixiados, huellas de crímenes de una delincuencia que hoy los quiere acallar.

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