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León, Gto.— Con un mensaje para que la paz llegue a México pronunciado por su padre, el juez Vicente Antonio Bermúdez Zacarías, asesinado el pasado lunes en Metepec, Estado de México, fue despedido la tarde de ayer por familiares, jueces federales y por cientos de vecinos de la comunidad de Santa Rosa Plan de Ayala.

En el panteón, sus compañeros juristas lamentaron la violencia criminal y se dolieron por la pérdida del juez de 38 años de edad, a quien le sobreviven su esposa, dos hijas pequeñas y sus padres.

Frente al ataúd de su hijo, el abogado pidió que Dios perdone a los autores intelectuales y materiales del crimen de Vicente Antonio, que ha dejado un gran dolor en la madre, la esposa y en toda la familia.

“Esta espada de dolor ha atravesado nuestro corazón y más allá ha atravesado el ala de mi nuera y de mi esposa, de mis hijas, de mis hermanos, de mi familia y de muchos amigos, pero de nosotros no debe de salir ninguna expresión de venganza.

“No a la venganza de ningún origen, de ningún signo. Por ningún motivo o razón debe impulsarnos el pedir justicia un ánimo de venganza; la venganza es de Dios, la justicia es de Dios, y siempre él se encargará, como lo ha hecho, de impartir justicia”, señaló.

La guerra del narcotráfico. El padre de la víctima agradeció a los jueces de distrito y amigos el acompañamiento en el velatorio, y a todo el personal del Poder Judicial de la Federación que el martes le rindió un homenaje.

“Ellos saben que también pueden ser víctimas de un acto como el que hoy estamos lamentando; el sentido humano de unidad, de precaución, prevalece ahorita en el ánimo de múltiples funcionarios del Poder Judicial y de todos los poderes de nuestra República, porque en 12 años tenemos en México un promedio de 200 mil muertos”, dijo.

“En México, la guerra del narcotráfico, que es ajena al gobierno, ha generado ese promedio de homicidios, por ello tenemos que orar al dueño de la paz, al príncipe de la paz, a la reina de la paz, que por favor traigan la paz a este país”.

También externó su agradecimiento a todos los mexicanos que han estado pendientes a los hechos subsecuentes al asesinato de su hijo. “Muchas gracias a esa ciudadanía expectante y también dolida por este vil e irreparable daño que le causan a mi familia, a la familia de mi hijo aquí presente, y que también agraviaron a la sociedad.

“Dicho por innumerables amigos y por el propio ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: mi hijo era un hombre con un gran don de la amistad, era un servidor público honesto, eficiente, responsable, ordenado, dedicado”, señaló.

La justicia se hará porque es un delito que se persigue de oficio. Dijo que México entero se ha conmovido y está atento a los avances de las indagatorias, “sean cual sean las líneas de investigación, dejaremos la justicia en manos de Dios”.

Minutos antes de la sepultura, uno de sus mentores jurídicos, dijo que Vicente fue como un hijo para él, y su muerte lo tiene consternado.

“Me avergüenza no haberte compartido una mejor sociedad... esa mañana decidiste salir a correr porque tenías prisa por mostrarnos las miserias de este mundo y recordarnos las majestades de tu corazón. Amigo Vicente, hermano mío, hijo mío, tenían que agredirte por la espalda porque no hubieran podido enfrentarse a la humildad y compasión de tu mirada, que desde siempre expresaba perdón…

“Esos que intentaron distanciarte no sabían que ahora te encuentras más presente que nunca en los actos de cada uno de nosotros, ahora potencializados por el amor que nos enseñaste”, dijo.

El profesor manifestó que el dolor, la consternación y la rabia inundan su corazón.

Cariño mío. El cuerpo del juez caído llegó la noche del martes pasado a la casa de sus progenitores, en donde fue velado por habitantes del poblado, ubicado en Guanajuato, y por funcionarios del Poder Judicial de la Federación.

La tarde de ayer, el Mariachi Imperio interpretó los temas La barca de oro, El rey, Caminos de Guanajuato, Cariño mío y Un puño de tierra a un costado del ataúd café y que tenía una fotografía con el rostro del juez; después de las 18:00 horas salió del hogar de sus padres en cortejo fúnebre hasta el panteón, al oriente de la localidad.

Con una porra y oraciones, sus amigos y seres queridos le dieron el último adiós.

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