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Después de cuatro meses de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) inició un paro de actividades en varios estados del país, hoy se normalizan las actividades educativas cuando regresen a las aulas los maestros disidentes de Chiapas, última entidad donde se mantenían sin clases.

El magisterio perteneciente a la coordinadora de Chiapas fue el único que negoció acuerdos monetarios con los gobiernos estatal y federal, entre ellos una bolsa de 150 millones de pesos para escuelas.

El documento, que circula entre las bases y fue confirmado por integrantes del Comité Ejecutivo de la Sección 7, describe que el “primero y más importante” de los acuerdos es que no se aplicarán las evaluaciones docentes para la promoción y permanencia en el servicio “por lo que resta del sexenio. Es decir, hasta después de 2018”.

El acuerdo seis de 11 entre el gobierno federal y el magisterio especifica la entrega de recursos económicos para escuelas “beneficiadas” por la CNTE:

“En materia de infraestructura, el gobierno se comprometió a aportar 150 millones de pesos o más, bajo el formato de listas de escuelas beneficiadas a través de las comisiones de las secciones 7 y 40”, se describe.

Se pretende la conciliación de 2 mil 700 plazas de profesores chiapanecos; se compromete el pago “inmediato” a comisionados sindicales y —en ambos casos— su integración al Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) a partir de enero del próximo año.

“Para el caso de las 2 mil 700 plazas se hace el compromiso para que en dos o tres semanas se convoque a la Secretaría de Hacienda Federal, Hacienda del Estado de Chiapas y a la Secretaría de Educación Pública (SEP) a una reunión y se empiece la revisión para avanzar en ese propósito”.

En el punto del pago de sus salarios a los comisionados sindicales [que se dejó de hacer en 2015 por la Ley General del Servicio Profesional Docente] se resolverá de manera “inmediata” con recursos del gobierno estatal a partir de enero y con dinero federal a través del FONE, así como la “entrega de comisión sindical y pago de adeudo de interinos de integrantes del comité seccional”.

El 15 de septiembre, entre discusiones y protestas de profesores que exigían mantener el paro magisterial, las secciones 7 y 40 de la CNTE informaron el levantamiento del plantón en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, y el regreso a clases a partir de hoy.

Esto se logró después de que los gobiernos federal y estatal ratificaron, sin mediar la firma de ningún documento, el cumplimiento de 11 acuerdos.

Según José Luis Escobar, vocero de la Sección 7, “son acuerdos políticos que tienen que ver con educación, infraestructura, mesas sociales de padres de familia (...). Algunos están firmados en la minuta de 2013 y nada más se ratificaron en este acuerdo.

“De manera general puedo decir que en Chiapas no van a operarse los agravios [de la reforma] en ningún aspecto, y todo lo que tenga que ver con la reforma educativa, por ejemplo en las plazas que no se habían conciliado, bueno, se van a conciliar”.

Escobar señaló que en una reunión en la que participó, “un representante” de la Secretaría de Gobernación, el gobernador chiapaneco Manuel Velasco Coello y el secretario de Educación local, Roberto Domínguez Castellanos, acordaron garantizar la plaza base a los estudiantes normalistas.

Se prevé que los jóvenes presenten su examen de ingreso al servicio docente en octubre de 2016, “previa capacitación y para aquellos que no aprueben, seguir preparándose, dándoles una beca de 7 mil pesos mensuales hasta aprobar el examen”.

Se les ofreció “limpiar” los expedientes jurídicos de docentes, padres de familia y “otros referentes”: eliminar órdenes de aprehensión, actas administrativas e indagaciones en su contra.

Se comprometió el reconocimiento de las comisiones mixtas (CNTE-autoridades educativas) para otorgar ascensos, cambios, promociones, contrataciones y permutas en todos los niveles educativos en la entidad.

Inconformes. Los acuerdos generaron inconformidades de padres de familia y docentes que apoyaban al magisterio de Chiapas. Con videos, testimonios y publicaciones en redes sociales, acusaron a los dirigentes de haber vendido el movimiento; señalaron que “no es justo”, y calificaron de “tristeza” y “traición ruin” el regreso a clases.

José Luis Escobar señaló que al interior del magisterio hubo grupos extremistas y “radicales” que no querían levantar el paro magisterial, y mencionó que la “jornada de lucha” sólo cambiará de modalidad, puesto que se insistirá en la reinstalación de las mesas de negociación entre la Comisión Nacional Única de Negociación (CNUN) de la CNTE y el gobierno federal, suspendidas desde el 16 de agosto.

“Se seguirá impulsando la mesa negociación central, la está buscando la CNUN y la Conamed, esperamos que ya pronto nos reunamos. Vamos a diseñar un calendario de actividades para estar en clases pero seguir demandando la abrogación de la reforma.

“Este es un movimiento muy diverso, no todos estaban de acuerdo: era un número muy insignificante, que es el ala radical, y sueñan hacer la revolución desde la lucha magisterial, nada que ver con el sentir de las bases”.

Ceden en Oaxaca por presiones. En Oaxaca, fuentes consultadas del magisterio y en el gobierno local confirmaron que la Sección 22 regresó a clases por temor a perder espacios y escuelas ante la Sección 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Su regreso fue en respuesta a la presión de los padres de familia que comenzaron a pedir al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) que enviara a maestros sustitutos para dar clases a los niños, confirmó Pastor Silva Cruz, miembro de la Comisión Política de la Sección 22 y perteneciente a la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), una de las alas más críticas al interior del magisterio disidente en esa entidad.

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