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El federalismo en México debe ser ordenado y responder a un diseño que en efecto descentralice el poder y resuelva sus confusiones y contradicciones, y así dar respuesta a problemas tan palpables como el sobreendeudamiento de estados o el control por parte de los gobernadores de órganos que debieran ser autónomos, señalaron académicos y legisladores, en el Seminario El Federalismo en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el marco de los 100 años de EL UNIVERSAL.
Previnieron que la coyuntura ha marcado la tendencia, que se ha vuelto una escalada, de que la Federación tome competencia en temas que debieran corresponder a estados y municipios, lo cual ocasionan, a la vez, el debilitamiento de las instancias locales.
Este miércoles, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, se llevaron a cabo las mesas 1 y 2 del Seminario con el cual también este diario, la máxima casa de estudios y el Senado abren la reflexión sobre el centenario de la Constitución.
El coordinador del Consejo Consultivo Editorial de EL UNIVERSAL, Juan Ramón de la Fuente Ramírez, afirmó que el análisis sobre el federalismo al que convoca “El Gran Diario de México” propone que académicos en diversas ramas, así como legisladores, aporten propuestas que lleguen a incidir en una revisión del texto constitucional “para mejorar el batidillo que hemos hecho”.
Pedro Salazar Ugarte, director del IIJ, previno que se ha dado la práctica de centralizar decisiones a fin de resolver problemas, pero con ello se vuelve a trastocar el federalismo.
En el presente sexenio se ha vuelto a la aplicación de mecanismos centralizados, dijo el investigador del IIJ, Hugo Concha Cantú, y refirió que el principal reto que se presenta al federalismo mexicano es que funcione frente a la desigualdad.
Son retos que se deben enfrentar, la realidad municipal de las comunidades y pueblos indígenas, y se enfrenta el reto de cómo establecer mecanismos auténticos de protección en materia de derechos humanos.
En la mesa 1, los ponentes se refirieron a las cuestiones sobre “¿Por qué y para qué el federalismo en México? Cuál es el modelo constitucional de nuestro sistema federal?”.
José María Serna (IIJ) apunto que “en México no hemos tenido un federalismo real, y tampoco un constitucionalismo y democracia real; se trata de un sistema que responde a la diversidad, lo cual es una razón poderosa para conservar la política federal”.
El federalismo tiene el potencial para fortalecer la democracia, fomentar la participación política y la rendición de cuentas, y dar eficacia al implementar políticas públicas, además de que favorece el control vertical del poder.
Informó que de 1997 a 2014 se registran 25 reformas constitucionales en materia de federalismo, y se encuentra que muchos de esos cambios responden a problemas de coyuntura, a urgencias, y ello ha causado falta de orden y claridad.
Serna dijo que se debe construir un modelo de federalismo, ya que el que resulta de 20 años de cambios es desordenado, sin idea general de diseño que le dé unidad.
Hugo Concha Cantú explicó que desde la Constitución de 1924, el federalismo es producto de concesiones histórico políticas que han producido un sistema altamente centralizado, en el que las entidades se subordinan a la federación.
En el periodo de 1989 a 2000, señaló Concha Cantú, se da el primer gobierno estatal de oposición y se abre la alternancia, lo cual revitaliza al sistema federal democrático.
A la parte final de esta etapa se localizan gobiernos locales sin control, un enorme endeudamiento, corrupción, falta de fiscalización.
Más delante de 2013 a la actualidad, dentro del gobierno federal priísta en curso, hay un regreso al control del centro y en el Congreso la negociación política modifica el papel del Senado que dejó ser, dijo, la Cámara Alta para ocuparse de muchas cosas que no le correspondían en su papel federalista.
De acuerdo con Concha Cantú, de la última etapa del federalismo se cuenta el surgimiento de leyes nacionales que son difíciles de entender; el INE responde a la necesidad de poner controles a los gobernadores, un sistema confuso que, sin embargo, “no va a buen puerto”.
La distorsión del sistema federal pasa por leyes generales y por decisiones como la creación de la Coordinación para la paz y Desarrollo Integral de Michoacán que pasó sobre todos los principios y disposiciones legales.
Jorge Islas, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, refirió que la Constitución de 1917 da más poder y potestades al gobierno federal y debilita a los gobiernos estatales y municipales.
Y en México se tienen el federalismo constitucional, semántico, y el de facto.
Subrayó el hecho de que a partir de 2000, las participaciones federales crecieron de manera descomunal, y estimó que se han destinado a los estados de ese año al 2015, unos 355 mil millones de dólares, y sin embargo las entidades est´pan sobreendeudadas.
Propuso que se haga una reflexión sobre los límites que deba tener la federación y en particular el artículo 73 en el que se quitan facultades a los estados.
ahd