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La retórica electoral antiinmigrante en Estados Unidos que se ha extendido hacia otros sectores de la sociedad de ese país motivó al gobierno de México a hacer un “alto en el camino” y replantear su estrategia frente a un discurso “exacerbado, desinformado, que divide, aísla” y hace que “afloren prejuicios”, aseguró la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la canciller explica que por este motivo el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, nombró a Carlos Manuel Sada Solana, actual cónsul general de México en Los Ángeles, como nuevo embajador de México en Estados Unidos.

“Reúne la experiencia consular de protección y esa red de contactos y de conocimiento de la comunidad mexicana, así como de actores clave de todos los partidos en los distintos estados de la Unión Americana”, dijo.

Adelanta que la nueva línea de acción consistirá en informar, proyectar y comunicar sobre la realidad del fenómeno migratorio y lo que es México, y lo que significa su relación con Estados Unidos.

¿Por qué la decisión de nombrar a Carlos Sada en lugar de Miguel Basáñez como embajador de México en Estados Unidos?

—Desde hace unos meses hemos advertido que la dinámica en Estados Unidos, detonada por el proceso electoral, sacó a flote algunas visiones sobre México que creíamos superadas, después de años de una relación muy positiva. Esta situación que hoy vemos como inédita, en la que algunos sectores de la sociedad han manifestado ideas sobre México, sobre los migrantes mexicanos, sobre nuestra comunidad e incluso sobre la relación bilateral, que no reflejan la realidad, más bien revelan que hay falta de información y de conocimiento sobre quiénes somos, quiénes son nuestros connacionales allá, qué aportan, de qué se trata la relación bilateral y por qué es positiva para ambos países.

Esto hacía necesario que el gobierno de la República reevaluara nuestra actuación y estrategia hacia Estados Unidos y sentara las prioridades que respondieran a esta nueva realidad inédita, donde vemos que hay un ánimo en cierta medida exacerbado en algunos sectores contra nuestros paisanos, contra nuestro país, que hay temor por parte de nuestra comunidad en Estados Unidos de que este ánimo pueda crecer y desbordarse y puedan surgir hostilidades.

Debíamos abocarnos a construir una estrategia integral que le renovara el mandato a nuestros consulados, no solo intensificara una labor de protección de información con nuestra comunidad, sino también de articular una estrategia para fortalecer los vínculos, lazos y comunicación con actores de distintos ámbitos, audiencias y públicos, que busque informar, proyectar y comunicar.

¿Fue la retórica de Donald Trump lo que detonó el cambio de estrategia?

—La dinámica electoral en Estados Unidos, donde hemos visto muestras de una retórica que busca dividir, aislar, que denuesta a México, a nuestros compatriotas que viven allá, lo que ha mostrado, por un lado, es que hay una falta de información respecto de quiénes somos, de qué es México y de lo que contribuimos los mexicanos a la economía de Estados Unidos y a su desarrollo, pero más bien esta dinámica que se da primero en el seno de una campaña electoral se ha extendido hacia otros sectores de la sociedad y eso es lo que nos ha motivado a hacer un alto en el camino y decir en este escenario: ¿qué tenemos que hacer como gobierno de México?, ¿cuáles son las acciones a desarrollar?, ¿cuáles son los actores con los que tenemos que interactuar? y ¿cómo podemos comunicar al público nuestra realidad?

¿Donald Trump hizo visible un pensamiento que se encontraba en la sociedad de Estados Unidos?

—Esta retórica hace que afloren percepciones y prejuicios de muchas personas que también, a lo mejor como sucede en otros países, en un entorno económico determinado, de incertidumbre, pues surgen estos miedos y estas retóricas que se traducen en manifestaciones de rechazo o de denuesto hacia ciertos grupos, en este caso los mexicanos. Por eso la necesidad de reevaluar, replantear y de incorporar a los perfiles que para este escenario puedan instrumentar esta estrategia.

El perfil de Paulo Carreño King (designado subsecretario para América del Norte) también complementa este otro; el perfil de Carlos Sada, porque es una persona con amplia experiencia en la promoción de México, de sus intereses, con amplio conocimiento y contacto con los medios internacionales, con las instituciones financieras y académicas mundiales y que también puede proyectar la estrategia, y articularla con Sada como embajador.

¿Era imposible que el embajador Basáñez cumpliera esta misión?

—No, el embajador Basáñez es una persona de una reconocida trayectoria académica, es un hombre comprometido con México, leal al presidente de la República, con muchas fortalezas en el ámbito de la cultura, de las ideas, de la construcción de proyectos con la sociedad civil y en el momento que fue propuesto como embajador el escenario no era el que teníamos. A partir de la nueva arquitectura con Estados Unidos pensábamos que tenía el perfil para potenciar esta agenda nueva que estábamos construyendo. Pero el escenario cambió. Cuando las circunstancias cambian es nuestra responsabilidad valorarlas y adecuar nuestra respuesta y actuación a esa circunstancia.

¿Cuál será la estrategia para posicionar a México y los mexicanos?

—Informar sobre la realidad del fenómeno migratorio. Somos un país hoy que tiene migración negativa hacia Estados Unidos, que crecientemente recibe más migrantes de los que van, y esto no se sabe. Hay un mito de que somos un país que envía a millones de mexicanos cada vez más. Somos un país que tiene una comunidad en Estados Unidos muy grande pero que la gran mayoría está allá en una situación regular y que, incluso, quienes no están en una situación regular aportan con su trabajo y esfuerzo a la economía de Estados Unidos.

Los mexicanos generan empleos, sostienen empresas, contribuyen con impuestos, pagan seguridad social; es una comunidad trabajadora, positiva, que busca integrarse y construir prosperidad en Estados Unidos y a sus familias en México, además de comunicar y proyectar lo que es México, que no es ese país de estereotipos que de pronto se ve reflejado en algunas partes de Estados Unidos. Que es un país con retos, sí, pero potente; es la décimoquinta economía más grande del mundo. Un país que además es parte de una relación bilateral que genera millones de empleos en ambos lados de la frontera, una relación bilateral que tiene un comercio de un millón de dólares por minuto, que tiene cadenas de valor integradas con Estados Unidos, que en resumen es, por su integración con la economía estadounidense, parte esencial del crecimiento de ese país como lo son ellos de nuestro crecimiento. Somos naciones en conjunto esenciales para la prosperidad de América del Norte y eso no se conoce.

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