Los ataques del magisterio disidente a instalaciones del Instituto Nacional Electoral y la quema de material para las elecciones del domingo 7 de junio, ocurridas en cinco estados del país, pero fundamentalmente en Oaxaca, son apenas el comienzo del "juego" de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para boicotear el proceso, a cambio de lo que llaman derogar la reforma educativa, nos dicen.

El líder de la sección 22 de la CNTE, Rubén Núñez, asomó la cabeza para dejar claro que las acciones del magisterio disidente no van a parar, porque la suspensión de la evaluación de los profesores no es suficiente.

Y del otro lado, funcionarios del INE solamente hacen llamados para que los maestros no entorpezcan la organización de los comicios.

A cinco días de las votaciones, el gabinete de seguridad puso el tema sobre la mesa:

Desincentivar la violencia en las entidades donde existen focos rojos, con revisiones en carretera, en las entradas de casillas para detectar armas, bombas molotov, machetes, o cualquier otro instrumento que pudiera generar un brote de violencia y daños colaterales, nos explican.

El plan del gobierno federal para neutralizar actos de violencia y el boicot contra las elecciones se decidirá antes del cierre de las campañas, programado para el miércoles, nos informan.

El freno a la evaluación magisterial, nos hacen ver, apenas es el primer paso de la CNTE, que sigue jugando a las vencidas con el gobierno federal y lleva ganada la primera partida.

¿Qué hará la administración federal para controlar los daños a la reforma educativa y a los comicios del domingo?

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