Padre de la reunificación, europeísta, visionario. Con todas esas palabras ha sido descrito el ex canciller alemán Helmut Kohl, quien falleció ayer a los 87 años.

Kohl fue canciller de Alemania Occidental entre 1982 y 1990, primero, y luego, tras la caída del muro de Berlín, de la Alemania reunificada, entre 1990 y 1998, lo que lo convierte en el líder alemán con más años en el poder desde Otto von Bismarck.

Su plan de 10 puntos para “superar la división de Alemania y Europa” fue clave para lograr la unificación de su dividido país.

La unidad alemana no es el único de sus legados, pues fue él, junto con el presidente François Mitterrand, el responsable de la introducción del euro, la moneda única europea.

Nacido el 3 de abril de 1930, en el seno de una familia católica, conservadora, Kohl creció en Ludwigshafen, una localidad severamente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Haber sido testigo allí, con tan sólo 12 años, de los estragos de aquel conflicto militar, definió la que sería su visión política, marcada por el deseo de lograr un continente unido, pero sin recurrir a guerras, como había hecho el propio Bismarck.

Cuestionado alguna vez sobre el por qué no se vio tentado por el nazismo, dijo, en la que se convirtió en una de sus frases célebres: “La bendición de un nacimiento tardío”.

Quien fuera descrito por el presidente estadounidense Bill Clinton como “el estadista europeo más importante desde la Segunda Guerra Mundial”, por George H. W. como el líder europeo más importante de finales del siglo XX, y por Mitterrand como “pacifista del oeste”, Kohl fue un europeísta convencido y de convicciones, uno descrito por diarios como El País como el “político del salto adelante”.

Apoyó medidas decisivas para la integración europea como el acta única europea de 1986, el Tratado de Maastricht (que en 1992 dio forma a la Unión Europea). Por todas estas labores, el Consejo Europeo lo nombró en 1998 “ciudadano de honor de Europa”.

Tras 16 años en el poder, Kohl, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), tuvo que dejar la cancillería derrotado por Gerhard Schroeder. Fue el principio del ocaso de su carrera política, marcado por su enemistad con la actual canciller, Angela Merkel, de quien fue mentor pero, sobre todo, por el escándalo de las donaciones millonarias a la CDU en 1999, durante el mandato de Kohl. Pagó un alto precio: en el año 2000 tuvo que dejar la presidencia de honor del partido.

El suicidio de su esposa Hannelore, en julio de 2001, fue un duro golpe para Kohl, quien en 2008 decidió rehacer su vida y casarse con quien fuera su secretaria, Maike Richter, lo que le costó alejarse de los dos hijos de su primer matrimonio. Sin embargo, en este caso, como en muchos otros, Kohl aplicó su lema: “Hay vida antes de la muerte y todo cristiano, protestante o católico, tiene derecho a gozarla”.

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