El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió ayer al Congreso examinar si el gobierno del ex presidente Barack Obama abusó de su autoridad durante la campaña electoral de 2016, como parte de una investigación legislativa en curso sobre la influencia de Rusia en los comicios de noviembre.

La solicitud fue revelada un día después de que el magnate afirmara, sin entregar evidencia, que Obama ordenó intervenir los teléfonos usados por el equipo de campaña del republicano en la Torre Trump en Nueva York.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que funcionarios del gobierno de Trump no emitirían más comentarios sobre el asunto hasta que el Congreso haya terminado su investigación.

“Los reportes vinculados a investigaciones sobre el periodo anterior a las elecciones de 2016, que podrían estar motivadas políticamente, son muy perturbadores”, declaró.

En contraparte, James Clapper, quien fue director de Inteligencia Nacional (DNI) bajo el mandato de Obama, negó ayer que se grabaran las conversaciones de Trump.

“Diré que desde el aparato de seguridad nacional que coordinaba como DNI no hubo esa actividad de escuchas al presidente electo en ese momento, como candidato, o contra su campaña”, dijo Clapper en una entrevista en el programa Meet the Press de la NBC.

Remarcó que de haberse producido esas grabaciones “ciertamente” lo habría sabido y aseguró que podía “negar” la existencia de una orden judicial bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera que permitiera al FBI intervenir las comunicaciones en la Torre Trump en Nueva York, sede de la campaña del magnate.

Por su parte, el director del FBI, James Comey, pidió que el Departamento de Justicia intervenga públicamente para rechazar la denuncia sin fundamento de Trump, según informó The New York Times citando, de manera anónima, a altos funcionarios estadounidenses.

El director del FBI formuló la solicitud el sábado, al estimar que “no hay pruebas que respalden” la denuncia y que Trump “insinúa que el FBI quebrantó la ley”, indicó el diario; sin embargo, ni el Departamento de Justicia ni el FBI han publicado ningún comunicado al respecto.

El congresista Devin Nunes, líder del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes que examina posibles vínculos entre el gobierno de Rusia y el equipo de Trump, indicó a través de un comunicado que cualquier intento de vigilancia a funcionarios de la campaña será parte de la investigación.

Según las leyes estadounidenses, una corte federal tendría que haber considerado que existe probabilidad de que el sujeto bajo vigilancia es “un agente de una potencia extranjera”, para aprobar una intervención de dispositivos de comunicaciones en la Torre Trump, pero la Casa Blanca no entregó evidencias.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo a la cadena ABC que el presidente “ha dejado muy en claro lo que cree y está pidiendo que lleguemos al fondo de esto”.

Los demócratas consideran que Trump está intentando desviar la atención sobre la polémica desatada por sus presuntos vínculos con Rusia, que está bajo fuerte presión del FBI y de pesquisas del Congreso en torno a contactos que habrían mantenido miembros de su campaña con funcionarios rusos antes de las elecciones.

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