La crisis de la institucionalidad democrática de Venezuela se agravó ayer y llegó a límites sin precedentes luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera los poderes de la Asamblea Nacional (Poder Legislativo).

Esa decisión ha sido considerada como un golpe de Estado por la oposición política venezolana y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Previamente, el TSJ había despojado de su inmunidad a los diputados opositores y también declaró a la Asamblea en “desacato” e “invalidez”, lo que fue considerado un ataque a la democracia.

“Maduro dio un golpe de Estado”, denunció el legislador Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional durante un acto en Caracas en el que dijo que el Poder Legislativo rechaza las resoluciones del TSJ y calificó de “basura” la sentencia en la que asume sus poderes.

El tribunal confirió poderes superiores de gobierno sin control legislativo al régimen del presidente Nicolás Maduro, acusó. También exhortó a la institución castrense a romper el silencio “frente a la ruptura” de la Constitución. “Sabemos que la inmensa mayoría de los oficiales” de las Fuerzas Armadas “están en contra del caos que sucede” en ese país”, dijo Borges, mientras en Caracas iniciaban algunas protestas.

Por su parte, el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, quien se encontraba ayer en Colombia, calificó el hecho como un “¡Madurazo!” y aseguró que con estas acciones “se materializó un golpe de Estado”.

Por el lado del gobierno, la canciller venezolana Delcy Rodríguez rechazó la injerencia externa en asuntos venezolanos y frente a la andanada de cuestionamientos por los actos del Tribunal Supremo replicó: “Denunciamos el concierto de la derecha regional para atacar el sistema democrático venezolano”.

El diputado chavista Diosdado Cabello, número dos del régimen, pidió a la militancia chavista alistarse para “defender” su país ante una eventual intervención militar propiciada por el “imperialismo” y los “enemigos” internos.

La OEA se pronuncia. En Washington, Almagro pidió convocar de manera urgente al Consejo Permanente de la OEA y alertó que hay un “autogolpe de Estado perpetrado por el régimen venezolano” contra la Asamblea, a la que catalogó como el “último poder del Estado legitimado por el voto popular”.

“Aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado”, afirmó Almagro, quien desde mediados de 2016 ha acusado al gobierno de Venezuela de múltiples violaciones a la democracia y la semana pasada planteó aplicar la Carta Democrática Interamericana de la OEA al régimen chavista, lo que implicaría hasta la expulsión del país del organismo.

Almagro señaló que el tribunal choca con disposiciones constitucionales y “se atribuye las funciones de dicho poder del Estado”, en un procedimiento que desconoce las “más elementales garantías de un debido proceso”.

A principios de semana, 20 países de la OEA —entre ellos México— pidieron buscar vías “en el menor plazo posible” para ayudar a resolver la crisis política, económica, social y humanitaria que vive Venezuela.

Desde 2016 el TSJ declaró en desacato a la Asamblea Nacional. En respuesta, la oposición ha señalado que el TSJ es una instancia dominada por Maduro y una pieza de manipulación jurídica del régimen para el deterioro democrático de Venezuela.

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