El conflicto entre Turquía y países de la Unión Europea escaló ayer luego de que el gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, suspendió sus relaciones al más alto nivel con Holanda, y acusara a la canciller alemana, Angela Merkel, de apoyar a terroristas

Por si fuera poco, el ministro turco de Asuntos Europeos, Ömer Çelik, dijo que su país podría revisar sus compromisos respecto al acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre el control de refugiados.

Turquía, indicó ello alegando el bloqueo impuesto por el gobierno holandés para que los políticos turcos participen en los mítines sobre el referéndum en el país, según declaró el viceprimer ministro turco.

“Hasta que Holanda no repare los daños que ha causado, las relaciones al más alto nivel y las reuniones previstas a nivel ministerial y a alto nivel quedan suspendidas”, anunció ayer Numan Kurtulmus, viceprimer ministro turco.

Horas ante, el presidente turco acusó en una entrevista a la canciller alemana de apoyar a terroristas.

“Honorable Merkel, usted apoya a terroristas”, dijo Erdogan en una entrevista televisiva a la cadena A Haber, en la que también acusó a la “televisión estatal” alemana de apoyar a “organizaciones terroristas” y realizar propaganda contra el sistema presidencial turco.

Si bien no dio detalles, hizo referencias al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un grupo considerado terrorista por la Unión Europea (UE), pero que recibe atención por parte de los medios alemanes.

En respuesta, el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, calificó de “totalmente absurda” la acusación de Erdogan. “La canciller no tiene ninguna intención de participar en la carrera de provocaciones. No se prestará a ello”, declaró Seibert en Berlín.

La disputa de Turquía contra Holanda y Alemania se debe a que ambos países prohibieron la entrada de ministros turcos a sus territorios para que llevaran a cabo campaña a favor de un referéndum que se realizará en abril y podría ampliar el poder del presidente Erdogan. Ambos países tienen una importante población de origen turco.

En Viena, el canciller de Austria, Cristian Kern, se manifestó a favor de que su país también prohiba actos proselitistas turcos en su territorio, tras los incidentes que se registraron el fin de semana en Holanda.

Tras esos incidentes, está claro que el país debe prohibir tales eventos de campaña electoral, dijo en declaraciones a la televisión local.

Señaló que Europa no debería ser inocente ante lo que calificó como una estrategia consciente de Turquía.

En su opinión, este tipo de eventos son una “perversión del derecho a la libre reunión”.

En este contexto, el ministro de Asuntos Europeos turco, Ömer Çelik, advirtió que su país podría revisar sus compromisos en el acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre el control de refugiados, sobre todo en sus fronteras terrestres, si Bruselas sigue incumpliendo su parte del trato. Recordó que el acuerdo negociado con la Unión para admitir la devolución de refugiados era “un paquete completo” que incluía ayudas de 3 mil millones de euros y el permiso de que los ciudadanos turcos puedan viajar a los países europeos sin necesidad de visado.

Çelik consideró que al no cumplir la UE con su parte de las promesas, Turquía no tiene ninguna obligación de mantener el acuerdo y lo hace meramente por “responsabilidad humana”, sobre todo para evitar más muertes de refugiados en la ruta del Mar Egeo. “A mi juicio, Turquía debería revisar el tema del tránsito [de refugiados] por la frontera terrestre”, dijo.

En Bruselas, la Comisión Europea llamó a Turquía a “evitar declaraciones y acciones excesivas que pueden elevar el nivel de tensión”.

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