Aunque las elecciones presidenciales de Estados Unidos transcurrieron el martes pasado, los 538 electores que definirán al próximo ocupante de la Casa Blanca se reunirán hasta diciembre y sus votos serán contados hasta el próximo 6 de enero.

Donald Trump consiguió el martes los 270 votos electorales que necesitaba para convertirse en el próximo presidente de EU, pero no será sino hasta enero que el resultado sea oficial. Y luego de una campaña por demás inusual, y de lo polémico que es el candidato republicano ganador, han surgido distintas voces que afirman que la candidata demócrata, Hillary Clinton, aún tiene una oportunidad.

Se trata de los denominados “electores sin fe”; esto es, aquellos que terminan votando a contracorriente de la decisión tomada por los estadounidenses en la jornada electoral.

En teoría, es posible, dado que no hay una cláusula en la Constitución estadounidense o en las leyes federales que obligue a los electores -538 en total, uno por cada distrito electoral y dos por los escaños senatoriales- a votar por el candidato ganador en sus respectivos distritos. Existe, sí, el requisito en 26 estados, así como en Washington D.C., de que los electores voten por los candidatos ganadores en la jornada electoral. Sin embargo, de no hacerlo, sólo enfrentan una multa y lo cierto es que el estado en cuestión no puede cambiar el voto del “elector sin fe”.

El mayor número de “electores sin fe” que registra la historia en Estados Unidos fue en 1872, pero se trató de un caso peculiar. Horace Greeley, quien contendió por el Partido Liberal Republicano, y contaba con el apoyo demócrata, obtuvo más de 40% del voto popular, pero antes de que se reuniera el Colegio Electoral fue internado en una institución mental, donde falleció antes de la votación y 63 de los 66 votos electorales que tenía comprometidos, fueron para otros candidatos.

En 1836, 32 electores de Virginia se negaron a respaldar al aspirante vicepresidencial demócrata, Richard Johnson, compañero de fórmula del candidato presidencial que ganó esos comicios, Martin Van Buren. Como ningún candidato vicepresidencial ganó la mayoría de los votos electorales, el Senado, por primera vez en la historia de EU, tuvo que intervenir y eligió a Johnson.

En 1972, un “elector sin fe”, Roger McBride, cocreador de la serie “Little House on the Prairie” (conocida en México como “Los Pioneros”), votó a favor de la candidata vicepresidencial del Partido Libertario, Tonie Nathan, aunque el republicano Richard Nixon había arrasado en las elecciones en Virginia, estado al que representaba McBride. Nathan se convirtió en la primera mujer y la primera judía en conseguir un voto en el colegio electoral y en 1976, McBride fue el nominado del Partido Libertario.

Medios como CBS señalan que ha habido pocos casos de “electores sin fe” en la historia de EU. Algunos años en que los hubo fueron las elecciones de 1948, 1956, 1960, 1968, 1972, 1976 y 1988.

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