Brasilia.— La comisión del Senado que estudia el juicio político a Dilma Rousseff, presidenta suspendida de Brasil, votó ayer en favor de someter el caso al pleno de la Cámara Alta, lo que abre el camino para que la mandataria sea removida definitivamente del cargo.

“El resultado confirma que Rousseff rompió normas fiscales a sabiendas y que además fue una administradora deshonesta”, dijo a medios el político Ricardo Ferraço.

El grupo de 21 senadores votó 14 a cinco para que se juzgue a Rousseff por acusaciones de que manipuló las cuentas fiscales para permitir un mayor gasto del gobierno antes de su reelección en 2014. Ella niega los cargos y sostiene que es víctima de una conspiración de la derecha.

El Senado votará el martes si acepta la imputación y comienza un juicio que debería alcanzar un veredicto a fines de mes. Bastará una mayoría simple de 41 votos entre 81 posibles para que el proceso continúe.

Si así fuera, Ricardo Lewandowski, presidente del Tribunal Supremo, convocará nuevamente al pleno del Senado para decidir la suerte definitiva de la mandataria, suspendida de sus funciones desde el pasado 12 de mayo y sustituida desde esa fecha por Michel Temer, su hasta entonces vicepresidente.

En esa última sesión, que se celebrará a fines de este mes y se calcula que puede durar hasta cinco días, la destitución de Rousseff dependerá de que sea aprobada por una mayoría calificada de dos tercios (54 votos) del pleno.

La bolsa de Sao Paulo y el real se han fortalecido, porque los inversores apuestan a que se confirme a Temer, quien ha propuesto políticas que favorecen a la empresa privada. El proceso en contra de la presidenta suspendida ha disparado la peor crisis política en Brasil en décadas.

Unos 50 políticos están siendo investigados por sospechas de corrupción en el marco del caso conocido como Lava Jato, que investiga una inmensa red fraudulenta de licitaciones públicas que funcionó durante años en torno a la petrolera semiestatal Petrobras.

La incertidumbre política ha hecho que la mayoría de los líderes políticos se mantengan al margen de los Juegos Olímpicos, cuya ceremonia inaugural se realizará hoy en Río de Janeiro.

Fuentes dijeron que apenas 28 jefes de Estado y de gobierno han confirmado su visita, contra los 50 que se esperaban.

Anuncian mitin. Diversos movimientos sociales protestarán hoy en Río de Janeiro, para mostrar su rechazo contra lo que consideran una “calamidad olímpica”.

La marcha fue convocada en Copacabana unas horas antes de la ceremonia inaugural, a la que asistirá Temer, quien es uno de los centros de la manifestación, en cuya convocatoria se pide la salida del jefe de Estado interino. “El presidente ilegítimo Michel Temer ha realizado un paquete absurdo de retirada de derechos, cortes y gastos públicos, cambios en la jubilación y en la legislación laboral”, señala el manifiesto difundido en las redes sociales.

En una convocatoria paralela, otros internautas piden que Temer y el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, sean abucheados durante la inauguración. Las organizaciones han expresado abiertamente su rechazo a los Juegos Olímpicos y argumentan que Río de Janeiro, golpeada fuertemente por la crisis económica, vive una “calamidad olímpica”.

Los grupos critican las “obras absurdas” realizadas en los últimos meses con motivo de los Juegos Olímpicos, el “caos” en la educación y en la salud pública. Además de la “especulación inmobiliaria” desatada por el evento deportivo, que ha perjudicado “a los más pobres”.

Más de 3 mil personas han confirmado su asistencia a la protesta prevista en Copacabana, una de las zonas más turísticas de Río de Janeiro, donde la seguridad ha sido fuertemente reforzada. En Sao Paulo, una de las sedes del futbol olímpico, también ha sido convocada una marcha para expresar el rechazo contra el evento deportivo y advertir que “sin salud y sin educación no va a haber Juegos Olímpicos”.

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