Nueva York.— Amnistía Internacional (AI) publicó ayer un informe en el que documenta los crímenes de lesa humanidad cometidos contra decenas de miles de personas en las cárceles de Siria, controladas por el gobierno de este país.

El reporte exhibe los maltratos sufridos por los prisioneros en Siria; estimó que por lo menos 17 mil 723 personas han sido asesinadas en los centros de detención desde que comenzó el conflicto bélico en la nación, en marzo de 2011, lo que equivale a un promedio de 300 personas por mes.

Titulado “Torture, disease and death in Syria’s prisons” (Tortura, enfermedad y muerte en las prisiones de Siria), el informe se basa en testimonios de 65 sobrevivientes que describen los abusos y las condiciones inhumanas dentro de agencias de inteligencia sirias y en la prisión militar de Saydnaya.

La mayoría de estos supervivientes aseguraron que vieron morir a personas bajo custodia, y algunos dijeron que habían estado recluidos en celdas junto a cadáveres.

“Nos trataban como animales. Ellos querían convertirnos en personas de lo más inhumanas”, dijo a AI un ex preso llamado Samer.

Los ex prisioneros dijeron haber sido víctimas de métodos de tortura como graves palizas, violación, choques eléctricos y la extracción de uñas de las manos y los pies. Otros aseguraron haber sido escaldados con agua hirviendo y quemados con cigarrillos.

El director del AI para Medio Oriente y el Norte de África, Philip Luther, afirmó que el gobierno sirio lleva decenios utilizando la tortura como medio para aplastar a sus oponentes y que en la actualidad se aplica en el marco de un ataque sistemático y generalizado contra toda persona sospechosa de oposición al gobierno en la población civil. El experto añadió que esos tratos constituyen “un crimen de lesa humanidad. Es preciso llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes horrendos”.

Llamó a la comunidad internacional, en particular a Rusia y a Estados Unidos, que presiden conjuntamente la conversaciones de paz sobre Siria, a dar la máxima prioridad para detener estos abusos en sus negociaciones tanto con las autoridades como con los grupos armados.

AI también pidió que todos los presos de conciencia sean puestos en libertad, que aquellos detenidos que no van a ser juzgados con prontitud sean excarcelados y que se permita el acceso inmediato y sin restricciones de observadores independientes a todos los lugares de detención.

El informe destacó que el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos (HRDAG) calculó que en Siria murieron bajo custodia 17 mil 723 personas entre marzo de 2011 y diciembre de 2015, aunque la cifra real es probablemente mayor. En los centros de detención las personas mueren de inanición; además los detenidos no reciben la atención de la salud más básica, y fallecen debido a cortes infectados y uñas encarnadas, según el documento.

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