Uno de los tripulantes de helicóptero ruso derribado hoy en el norte de Siria ha muerto y su cadáver está en manos de combatientes de facciones opositoras en la zona, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.


La ONG apuntó que por el momento se desconoce el paradero del resto de personas que viajaban en el aparato, aunque no descartó que hayan fallecido todas.


El helicóptero se estrelló en los alrededores de la ciudad de Saraqeb, en el noreste de la provincia septentrional siria de Idleb, donde se han registrado intensos bombardeos rusos durante esta jornada.


Desde Moscú, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que un helicóptero ruso Mi-8 con cinco militares fue abatido en Idleb al volver a su base tras llevar ayuda humanitaria a la ciudad de Alepo.


"A bordo del helicóptero se encontraban tres miembros de la tripulación y dos oficiales del Centro de coordinación para la pacificación de las partes en conflicto" en la base aérea siria de Hamimim, explicó a las agencias rusas un portavoz de la cartera de Moscú, sin desvelar el destino de los soldados.


Activistas en internet publicaron en Twitter fotografías del lugar donde se produjo el impacto, donde se aprecia que el aparato quedó totalmente destruido.


Además, en las instantáneas también se ve cómo uno de los tripulantes es arrastrado por dos hombres que lo cogen de los tobillos, pero no se distingue si está vivo o muerto.


Asimismo, hay un vídeo, difundido por activistas y opositores, en el que aparece el aparato totalmente calcinado después de haber caído en una área desértica.


Casi toda la provincia de Idleb está en manos del Frente de la Conquista del Levante (el antiguo Frente al Nusra) y de otras facciones aliadas como el Movimiento Islámico de los Libres de Sham.

jlcg

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