Bruselas.— Los británicos acuden hoy a las urnas para decidir entre la renovación o la ruptura, entre seguir dentro de la Unión Europea (UE) o abandonarla para siempre.

Será el voto más importante desde que Jean Monnet, uno de los padres fundadores de lo que hoy conocemos como Unión Europea, lanzó la idea de que Europa se construiría piedra por piedra, mediante acciones concretas que crearían progresivamente una solidaridad de hecho entre los países.

Hasta el día de hoy, la aventura iniciada hace más de seis décadas por Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo no ha dejado de sumar hasta convertirse en una familia de 28 naciones. Los británicos, partícipes del proyecto de construcción europea desde el 1 de enero de 1973, decidirán si ha llegado el momento de comenzar a restar, contestando una sola pregunta: “¿Debe el Reino Unido seguir siendo miembro de la UE?”.

Las últimas encuestas anticipan un cierre de fotografía, con el voto por la permanencia cobrando vigor. El giro de los sondeos de los últimos días —tras el asesinato de la diputada europeísta Jo Cox— sitúa al bloque en favor de quedarse en la UE a un punto por delante, 44% frente a 43%, según YouGov. Uno de cada 10 votantes estaría indeciso. Pero en Reino Unido pocos se fían de las encuestas, luego de que ninguna le atinó a los comicios de 2015, cuando el premier británico David Cameron renovó su mandato de forma arrolladora.

La campaña por marcharse, encabezada por Boris Johnson, ex alcalde de Londres, y personalidades como el jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, y los actores Joan Collins y Michael Caine cerró como inició, apelando a las emociones, al miedo y a los años de gloria del imperio.

Prometen que el Brexit traerá más empleos, evitará la deslocalización de empresas a Europa del Este, pondrá fin a las cuotas pesqueras impuestas por Bruselas, reinstaurará el control de las fronteras para frenar la oleada migratoria y contener la amenaza terrorista, y permitirá conservar “lo mejor” de las relaciones con la Europa continental: el mercado único. “Llegó el momento de librarnos de la dictadura de Bruselas”, dice a EL UNIVERSAL Robert Oulds, director del think tank Bruges Group, convencido de que la UE es un proyecto “obsoleto, insostenible y detonante de inestabilidad”.

En defensa de la permanencia salieron los líderes de las instituciones europeas, las principales transnacionales del continente, el presidente estadounidense Barack Obama y estrellas del séptimo arte como Jude Law y Keira Knightley. Cameron mantuvo de principio a fin el mismo guión de campaña, insistiendo en que “Reino Unido es más seguro, más fuerte y mejor como país si continúa dentro de la Unión”.

El inquilino de Downing Street, quien convocó al referéndum en respuesta a la presión ejercida por un sector de su partido, sabe que además de su futuro político se juega el pasar a la historia como el responsable o salvador de un error histórico.

Los expertos coinciden en que en la consulta influirán dos factores específicos. Por un lado, el grupo de mayores de 65 años, que tuvo la experiencia de vivir fuera de Europa y ha soñado con el modelo idílico de la “Merry Old England”. Del lado opuesto están los jóvenes, nacidos dentro de la Unión y para quienes el tema de la soberanía resulta hasta cierto punto irrelevante. De allí que uno de los ejes de campaña del bando de la permanencia fue: “Talk to Gran” (háblale al abuelo).

Las urnas abrirán a las 07:00 horas y cerrarán a las 22:00 horas con la única certeza de que el resultado será irreversible. Si los británicos eligen marcharse de la Unión Europea, probablemente deberán esperar un par de años para consumar el divorcio, aunque el representante gubernamental en la Cámara de los Comunes, Chris Grayling, partidario del Brexit, ha dicho que buscará cambios inmediatos. La solicitud de salida la presentaría en la reunión de jefes de Estado del 28 de junio.

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