Un suicida hizo detonar hoy un explosivo en una zona de alta seguridad en Kabul, cerca del Ministerio de Defensa, causando un número indeterminado de muertos y cerca de medio centenar de heridos en el ataque, tras el cual de ha producido un tiroteo entre tropas afganas e insurgentes que continúa.

La explosión tuvo lugar a las 8.55, hora local (4.25 GMT), en una zona de seguridad en el centro de Kabul, cerca del Ministerio de Defensa y otros edificios gubernamentales, declaró el jefe del Departamento de Emergencias del Ministerio de Interior afgano, Homayoon Aini.

Según Aini, el objetivo del ataque eran unas oficinas relacionadas con el servicio de inteligencia afgano, el Directorio Nacional de Seguridad de Afganistán (NDS, siglas en inglés).

Otra fuente oficial, que pidió el anonimato, aseguró que en el atentado se produjeron muertos y heridos, pero que desconocía todavía el número total de víctimas.

El portavoz del Ministerio de Salud Pública, Ismail Kawusi, dijo que al menos 43 heridos habían sido llevados a hospitales en Kabul, aunque no pudo precisar datos sobre los fallecidos.

Un miembro del NDS, que solicitó no ser identificado, añadió que "se está produciendo un tiroteo entre las fuerzas de seguridad (afganas) y los atacantes".

El presidente afgano, Ashraf Ghani, confirmó el ataque "terrorista" a través de su cuenta de Twitter y aseguró que el atentado con bomba "muestra claramente la derrota del enemigo en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo".

El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, reivindicó a través de Twitter la autoría del atentado con bomba y reveló que tras la explosión un número indeterminado de insurgentes penetraron en la sucursal de los servicios de inteligencia.

"El tiroteo continúa, hemos impuesto un largo número de bajas al enemigo" , sentenció el portavoz de los talibanes.

Este atentado en Kabul se produce después de que la semana pasada los insurgentes anunciaran el comienzo de la ofensiva de primavera, lo que supone un aumento de sus ataques, a lo que siguió el anuncio del Gobierno afgano de un plan de cinco años para combatir a los insurgentes.

lsm

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