El papa Francisco admitió que "era para llorar" la experiencia que hoy vivió en la isla griega de Lesbos, en donde se reunió con refugiados sirios y de otras nacionalidades, doce de los cuales viajaron con él en su avión a Roma.

"Después de lo que he visto, de lo que han visto, en aquel campo de refugiados, era para llorar", dijo el pontífice a los medios de comunicación que viajaron con él en el avión que le devolvió a Roma de regreso de Lesbos, informó el diario italiano "La Stampa".

El papa, que ya durante el viaje de ida esta mañana reconoció que emprendía un viaje "triste", contó que se ha traído dibujos hechos por niños del campamento de refugiados de Moria.

"He traído dibujos para enseñarlos. ¿Qué quieren los niños? Paz. Es cierto que en el campamento tienen cursos de educación, pero ¡qué cosas han visto esos niños!", comentó el pontífice.

"Aquí se ve un dibujo donde se ve a un niño que se ahoga. Esto lo llevan en el corazón, hoy de verdad era de llorar. Tienen esto en la memoria", dijo el papa.

"Uno dibujó un sol que llora. Pero si el sol es capaz de llorar también a nosotros una lágrima nos hará bien", agregó el pontífice.

El pontífice confesó a los medios que le acompañaban en el vuelo papal que para él "esta jornada de trabajo", como la calificó, "ha sido muy fuerte, muy fuerte".

Y agregó sobre la oportunidad de este viaje y la visita al campamento de refugiados en Lesbos: "no hay ninguna especulación política porque los acuerdos entre Grecia y Turquía yo no los conocía bien, los he visto en los periódicos. Mi viaje ha sido humanitario", completó el papa.

Francisco llegó a Roma de regreso de la isla griega tras pasar allí unas horas y volvió acompañado de 12 refugiados procedentes de Siria que serán acogidos por la comunidad de Sant'Egidio en la capital italiana pero con la responsabilidad del Vaticano en los costes de su estancia y manutención, explicó la Santa Sede.

ahd

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